Claroscuros/José Luis Ortega Vidal

Gregorio Jiménez de la Cruz (qepd): el contexto de un adiós que no termina

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En la entrada a Notisur se puede apreciar un pequeño altar sobre el primer pilar de la planta que da al taller junto al que tantas veces pasó…
Justo al medio del altar hay una imagen de la Virgen de Guadalupe.
A la izquierda la fotografía de un repartidor del periódico que murió en un accidente de motocicleta y a la derecha la imagen –ya borrosa- de Gregorio Jiménez de la Cruz, el reportero asesinado el 11 de febrero del 2014.

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De los más de 20 casos de reporteros asesinados y desaparecidos en Veracruz durante los últimos años, el de Gregorio Jiménez ha sido uno de los que ha tenido mayor repercusión mediática, comparable sólo con el de Regina Martínez y quizá más…
El hecho de que a Gregorio lo secuestraron el 5 de febrero del 2014 mantuvo la expectativa durante casi una semana hasta que se encontró su cuerpo en un terreno baldío de Las Choapas el martes 11 de aquel mes.

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“Goyo” vuelve a ser noticia porque uno de sus hijos ha sido llamado por el juez que lleva el caso en Coatzacoalcos.
Es importante subrayar lo siguiente:
Las miles de páginas escritas sobre el caso de nuestro compañero Gregorio han tenido múltiples orígenes cuyo análisis no es objetivo de este texto.
Sin embargo, el reportero observó muy pocos trabajos que contextualizaran a plenitud lo sucedido en Villa Allende y Las Choapas aquella fatídica semana de febrero del 2014.
Un dato relevante –sin faltar al respeto a la vida privada de los protagonistas- es que Gregorio Jiménez de la Cruz fundó dos familias.
Con la primera de ellas tuvo dos hijos: una mujer y un varón.
La dama de aquel primer enlace sentimental de Goyo fue el vínculo con la gente que finalmente lo secuestro y mató.
Y hoy, dos años más tarde, sería el varón de aquella familia el requerido por el Juez.
Llamado que ha desatado la especulación de que lo haría para declarar a favor de Teresa de Jesús Hernández Cruz, encarcelada como autora intelectual del artero asesinato del reportero.

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Luego de que Gregorio Jiménez fue sepultado su segunda familia -dentro de la cual se procrearon tres hijos- fue trasladada a Xalapa, recibió un apoyo patrimonial y vigilancia policiaca del Estado.
Se hizo lo mismo con los hijos del primer matrimonio, sólo que a éstos no les dieron casa en la capital…
Hubo mucha especulación sobre el tema y esto incluyó declaraciones polémicas entre los miembros de las dos familias que Goyo fundó.
El patrimonio que se gestaba a partir de la muerte del humilde comunicador, habría sido parte del divisionismo.
Finalmente, la última familia de Gregorio conformada por Carmen Hernández y sus tres hijos –a la sazón menores de edad- retornó a la vivienda donde dio inicio la tragedia en Villa Allende, al otro lado del río Coatzacoalcos.
Gregorio Jiménez Hernández, el hijo mayor de esta familia, ingresó a Notisur y colaboró aquí alrededor de dos años como aprendiz de editor.
Continuó con sus estudios de bachillerato y con el tiempo se marchó de la empresa y se convirtió en papá.

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Quien ha sido llamado a declarar ante el juez es Luis Alberto Jiménez Hernández, a petición de la defensa de la acusada Teresa Hernández y en los Autos de la Causa Penal 051/2014 aplicada contra seis personas acusadas de haber asesinado al reportero.
El viernes pasado se presentó Luis Alberto ante el Juez pero su declaración fue pospuesta…
Sería al finalizar esta semana…

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Hay que escuchar su declaración antes que especular.
Hay que contextualizar la información que surja de ella porque la justicia para Gregorio y su familia en general depende de ello.
Hay que observar el comportamiento de la Fiscalía porque en su momento Amadeo Flores Espinoza dijo que había tres prófugos y luego su relevo Luis Angel Bravo afirmó que el caso estaba cerrado.
A uno de los presuntos prófugos lo asesinaron entre Cuitláhuac y Yanga, Veracruz.
Se han generado amenazas una y otra vez contra la familia de Gregorio Jiménez de la Cruz.
Villa Allende es un foco rojo en el sur de entidad: dada su importancia política y su estrategia delincuencial…