Gumaro Pérez Aguilando: 2018 y el tejido social hecho pedazos
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Es importante irnos entendiendo…
El proceso electoral que vivimos resulta, per se, fundamental para el futuro del país.
Los resultados comiciales así como el desarrollo del proceso oficialmente activo desde diciembre del 2017, cuando arrancaron las pre-campañas, aportarán elementos positivos o negativos a la endeble democracia mexicana.
Por ello es importante dar cuenta puntual del desarrollo de los acontecimientos cotidianos al respecto…
Observar de cerca el comportamiento de tirios y troyanos.
Sin embargo, como he insistido en Claroscuros, resulta clave no perder de vista el fondo del mar, su parte más oscura, el bosque detrás del árbol, la verdad profunda…
Ayer hablamos de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), su papel político, económico y su incidencia directa en el futuro del país…
Las analizamos desde la perspectiva de sus vínculos con el proceso electoral.
Los potenciales inversionistas de las ZEE -argumentamos- observan con detenimiento el desarrollo del proceso electoral 2018 en México y en función de lo que ven y su resultado final tomarán decisiones sobre el destino de su dinero.
A los multimillonarios con capacidad para invertir en las ZEE les importa un bledo la pobreza en México.
Para ellos invertir dinero es una forma de hacer más dinero.
Así de simple.
Si hay garantías para ello, invertirán.
De lo contrario no invertirán.
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Ahora bien, ubiquemos nuestra argumentación desde la perspectiva de un análisis estructural.
Así como las ZEE forman parte del entramado de la macroeconomía nacional y se busca con ellas acercarse al crecimiento microeconómico, hay otras estructuras sociales que merecen atención profunda y aunque sus problemáticas se abordan en el discurso de la clase política, no se aprecia cómo se puedan solucionar.
Me refiero al daño que sufre el tejido social, roto en amplias zonas del país de lo que Veracruz no es excepción.
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El 19 de diciembre del 2017 fue asesinado en Acayucan, al sur de Veracruz, el periodista Gumaro Pérez Aguillando.
El crimen ocurrió en la escuela primaria “Rafael Aguirre Cinta” donde Pérez Aguilando se encontraba con motivo de las fiestas navideñas de las que formó parte su hijo.
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El tema no es tan simple como se observó en su momento ni puede ser observado bajo la estricta mirada de la criminalización como lo hizo en aquel momento el gobernador Miguel Angel Yunes Linares, quien dio a conocer contenidos presuntamente hallados en un celular de la víctima a la que asoció inmediatamente con el crimen organizado.
Cierto o no que Gumaro Pérez haya sido cooptado por algún cártel su historia y fatal final, en todo caso, representa múltiples hilos que nadie se atreve a mover y están ahí, vivos, muy vivos…
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En el año 2011 un grupo de reporteros de Acayucan, tierra de Gumaro Pérez, fueron llamados a una guarida de los zetas ubicada detrás de la delegación de seguridad pública, revelaron al reportero fuentes policiacas oficiales.
Alrededor de una decena de periodistas asignados a la “fuente roja” se formaron frente al ‘jefe de plaza’ que cuestionó por qué, si les pagaba cada semana para escribir o no escribir lo que a sus intereses convenía, desobedecían las órdenes.
La respuesta fue que el dinero no estaba llegando a los bolsillos reporteriles…
El contacto delincuencial fue llamado al frente e informó que puntualmente entregaba el dinero a su contraparte: un reportero identificado como DVA.
Se dedujo que dicho reportero se quedaba con el dinero de sus colegas y ordenaron buscarlo.
DVA escapó y nunca volvió por Acayucan donde se desconoce su final…
En Coatzacoalcos alguien de la prensa presumió haber ayudado a su escape…
¿Ingenuidad o complicidad?
No se supo.
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Finalmente se nombró un relevo y durante un tiempo las cosas operaron del mismo modo…
Luego llegó una guerra brutal por la disputa de las plazas del sur veracruzano entre diferentes cárteles…
Otro reportero se marchó y uno más terminaría ejecutado, amén de un tercero que se reporta como desaparecido aunque muchos lo dan por muerto…
Hay más historias al respecto, pero merecen trato detallado aparte…
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El tema -en esencia- es que el proceso electoral 2018 está vinculado a daños de fondo en estructuras sociales, institucionales, políticas, económicas, sin que nadie ofrezca alternativas de solución creíbles.
Las ZEE penden de la frágil cuerda de la inestabilidad política que amenaza convertirse en una inestabilidad aun peor y totalmente irremediable…
Y en Veracruz como en otras entidades el cáncer que ha roto el tejido social crece día con día sin que la cordura se imponga en las redes de poder y cambiemos patrullas y armas por educación, salud, empleos inversiones, combate a la corrupción y a la impunidad.
Nadie pensaría en retirar a la fuerza pública de la calle sino en la inversión paralela en el combate real de la pobreza.
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La perspectiva histórica actual no es sobre quién ganará la próxima presidencia dela república sino qué puede esperar el país ante el triunfo de la demagogia cancerígena representada por todos los contendientes.