Al derecho y al revés

Lupita TikTok
En medio de la celebración del Día del Niño nos estremecemos con el caso de Lupita Tick Tock, la joven influencer de 22 años, cuya hija recién nacida fue ingresada al hospital materno Infantil de Monterrey, ciudad de donde es originaria.
El caso ha dado mucho de qué hablar.
Por un lado vemos la estigmatización de un importante número de cibernautas que atacan a la influencer y resaltan su discapacidad.
Lupita tiene enanismo, es pues, una joven de talla pequeña que además es madre, pero que a muchos les ha causado asombro y la descalifican y cuestionan su capacidad para criar a una bebé.
El tema escaló cuando la presidenta del DIF Capullos, Mariana Rodríguez, dijo en redes sociales que se investigaba si la criatura llegaba al hospital por negligencia o descuido de los padres. Incluso habló de un posible uso de sustancias nocivas por parte de la creadora de contenidos y su pareja.
Ante las declaraciones de la señora Rodríguez los cibernautas metieron su cuchara y empezaron a criminalizar a Lupita, acusándola de provocar la muerte cerebral de su hija.
Increíblemente las acusaciones hacia la influencer hicieron que la gravedad de la pequeña pasara a segundo plano.
Los internautas fijaron su mirada en la discapacidad de la madre, cuando el tema de fondo es que una pequeñita se debate entre la vida y la muerte.
Hay un punto más.
La pareja sentimental de Lupita, Ricardo Medellín, un hombre de 46 años, asegura que ve a la influencer como “una niña de 14 años” y narra que cuando tenía 29 mantuvo una relación íntima con una jovencita de esa edad.
Ricardo no es creador de contenido como su pareja, pero hoy es tan famoso como ella.
No sabemos si Lupita y Ricardo son felices a pesar de la diferencia de edad, pero sí sabemos que la bebé, nacida hace una semana, estaba al cuidado de sus padres y es a la influencer a quien culpabilizan por su gravedad. Solo a ella, al papá no.
Que Lupita tenga una discapacidad no la hace mala madre.
En México existen más de un millón de mujeres con discapacidad que son mamás, que enfrentan además de la discrimación, la cosificación de sus cuerpos, la estigmatización de la sociedad e incluso hay quienes las condenan por ejercer su sexualidad.
Lo que debe preocuparnos es saber cuál es la evolución de la recién nacida. Si Lupita y Ricardo son culpables por omisión de cuidados o por haberla expuesto a sustancias nocivas y arriesgar su vida o su integridad, tendrán que pagar las consecuencias, que podrían ser desde ir a prisión, hasta perder la custodia de la pequeña.
Priorizar el bienestar y los derechos de las infancias es fundamental. Niñas y niños en México deben vivir sanos y sin ningún tipo de violencia.