Paz y NEM
Recorrer las grandes avenidas, antes de llegar a la capital de Aguascalientes es impresionante; ver el crecimiento y el comercio que se genera en una entidad pequeña es admirable, pero a la vez, saber que hoy se construye Aguascalientes por su gente, por sus profesionistas, por sus campesinos y campesinas, por su gente que sale del Estado para fortalecer su economía; es decir, la construyen talentos, visiones, y compromisos que expresan el amor y cariño que tienen por su tierra, por Aguascalientes.
Recorrer su Centro Histórico y perderte entre sus hermosas calles, es también una aventura; diversos edificios coloniales tanto institucionales como religiosos dan cuenta del trabajo que realizaron nuestros indígenas para construir esta gran ciudad capital; cada puerta de los edificios centenarios expresa una historia está unida al abrir y cerrar las puertas y sus secretos.
Me enamore de la gente de Aguascalientes y de su diseño arquitectónico; disfrute de su Catedral, del Palacio de Gobierno, de los edificios religiosos: Templo San Antonio, el Sagrario; el edificio del Teatro Morelos, así como el Macroespacio para la Cultura y las Artes, la Alameda, sus museos, el Jardín de San Marcos, en donde admire una muestra de varias parejas interpretando el ritmo del Danzón. Que experiencia tan generosa de los hidrocálidos.
Entre sus calles se puede disfrutar del ir y venir de la gente, de sus edificios, de su comercio, de la estética de sus aparadores; en algunos de los espacios que ofrecen en la parte exterior mesas y sillas se puede disfrutar de un extraordinario clima y de su cálido atardecer; al caminar encuentras dulces típicos, y sonrisas de hombres y mujeres que te reciben con los brazos abiertos. Esto es Aguascalientes, tierra de personas comprometidas con su tiempo y con su desarrollo humano, gente que trabaja para el progreso común, gente que sonríe a la vida y que sabe disfrutar de la otredad.
Hoy estuve aquí, exactamente disfrutando de la vida, disfrutando de grandes personalidades de la medicina; profesionales de la salud, es decir médicos sensibles, generosos, que lideran diversos programas para la atención de las necesidades de la población, de ahí expresar su compromiso con la otredad.
Hoy conviví con alumnos de la Maestría de Salud Pública, en la materia de Legislación Sanitaria en el edificio de la UCLA Aguascalientes, a ellos y ellas les explique la importancia de poner en el centro de la realidad la vida, y su lucha, y lo dije vinculado a lo que significa simbólicamente el hermoso escudo de Aguascalientes: “Agua clara, claro cielo, buena tierra y gente buena” expresión que me permite precisar que lo que vi desde que llegue a este hermoso Estado es el gran amor que le tienen los hidrocálidos a su tierra y a la vida.
Con ellos disfrute de una disertación que toco diversos temas, como diversos enfoques; me sorprendí gratamente al ver su manejo discursivo y las narrativas; el aplomo con que enfrentan el pánico escénico, la construcción de su discurso y la generosidad de un mejor hoy para todos y todas.
Hombres y mujeres maestrantes en salud pública son sabios, son responsables y se encuentran haciendo su trabajo para fortalecer el esfuerzo de la comunidad de una vida saludable. Cada región tiene su magia, cada región se maneja con energía, cada región es única, así, Aguascalientes me lleno de emoción y pasión, me dio lo que cualquier paseante requiere, me dio la comprensión y el respeto de su gente.