Adán, Marcelo o Ricardo/Javier Lozano

Creyendo que la elegida de Palacio Nacional es la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se ha lanzado, desde hace más de un año y medio, a divulgar una estrategia descarada de comunicación y posicionamiento que vulnera flagrantemente la ley electoral con fines de campaña anticipada. Podrán decir que es politiquería o que la tragedia no debe ser un mecanismo para sacar raja política, sin embargo, es evidente que hay una ausencia de gobierno institucional en la capital del país.
Con esta acción, son dos sucesos fatales en la línea de traslado del metro que, por desgracia, han cobrado vidas de personas que utilizaban el transporte a la hora del percance. Es lamentable, pero es una situación que bien pudo haberse evitado sí hubiera una logística, estrategia o mantenimiento adecuado. Lo cierto es que, en este momento, Claudia Sheinbaum es la jefa de Gobierno de la Ciudad de México y tiene que dedicarse, por mandato del pueblo, a gobernar la ciudad de tiempo completo.
Siendo considerada por el presidente como una “corcholata” la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se lanzó- inmediatamente- a promoverse por todo el país. Con el pretexto de dar conferencias en políticas públicas ha ido visitando las capitales de las principales entidades del territorio nacional; lo más lamentable de ello es que, su ausencia, se ha notado significativamente en al afán de promocionarse sin importar, incluso, en violar la propia constitución con actos anticipados de campaña.
De por sí fue muy cuestionado su “triunfo” en la encuesta interna de Morena en 2018, tuvo en sus manos el gran desafío de seguir conservando la hegemonía de la izquierda en la Ciudad de México. Sin embargo, las derrotas en las elecciones intermedias hablan de la incapacidad y mala operación porque, en aquel entonces, perdió la mitad de las alcaldías en manos de la oposición. Buena parte de esos territorios, considerados en su momento, bastiones del lopezobradorismo como la delegación Cuauhtémoc pasaron a otra causa.
Eso fue, en 2021, una derrota de Claudia Sheinbaum y no del partido de Morena; la responsabilidad recayó en ella y no supo capitalizar el gran instante que vivía el presidente. Desde ese momento, su equipo y algunos personeros de la jefa de gobierno se han dedicado a sembrar teorías de la conspiración con el objetivo de sacudirse las culpas siendo que, ese deber o asignación, fue siempre de su estructura que ella misma encabeza.
En cuanto a lo que pasó no hay ninguna duda que traerá un costo político importante. No sé si el presidente salga en conferencia matutina a respaldar a Claudia; lo más seguro es que sí; empero, sin créditos y sin resultados positivos que presumir- en la Ciudad de México- el presidente puede acotar la lista de presidenciables en tres aspirantes de Morena que él mismo ha considerado pese a marcar diferencias.
Por ejemplo, a Marcelo y Adán los ha nombrado cada que tiene oportunidad; no obstante, ha hecho diferencias notables con Ricardo Monreal. Sin embargo, jamás ha dicho que no es un aspirante por la silla presidencial, incluso en un par de ocasiones lo mencionó en la lista que describió López Obrador con la prensa nacional y local como testigos.
Siendo que, el mismo coordinador de los senadores de Morena aparece y figura en las encuestas de opinión que han circulado entre militantes y simpatizantes del lopezobradorismo, con una base de apoyo del 18%, la posibilidad sigue latente para Monreal, máxime cuando el mandatario, ante las circunstancias, puede dar un golpe de timón y acortar la lista porque la jefa de Gobierno entrará, sin lugar a dudas, a una etapa de mayor desgaste por todas las situaciones todavía más mediáticas que representan la línea de transporte del metro.
Finalmente, todo apunta a que habrá ajustes en el proyecto presidencial. En este sentido, Marcelo, Adán y Ricardo Monreal pasarán, de acuerdo a la lógica, a formar parte de las prioridades del presidente Obrador porque la sucesión presidencial adelantada puede entrar, sino corrigen, en una crisis o degradación ya que la campaña anticipada de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México está ocasionando ingobernabilidad en la capital del país y, ese aspecto, lograría ocasionar una inercia negativa para que la oposición tome el control total en las próximas elecciones del 2024.
Eso sería un cataclismo para el presidente López Obrador. Por ello, muy probablemente el mandatario jugará sus cartas en la elección interna con Adán, Ricardo Monreal y el mismo canciller, Marcelo Ebrard.
No es politiquería, sino corregir el rumbo institucional.