La opción
Después de más de ocho años del inicio del combate del gobierno de México en contra de los grupos criminales, justo aquí, en esta entidad, los michoacanos seguimos a la deriva, en la más completa indefensión, jodidos, con un Gobierno en quiebra, a merced de la delincuencia organizada y no organizada, y que por lo visto es tan cruel y despiadada como la primera. El inconcebible crimen de la joven enfermera, Erika Kassandra Bravo, acontecido en días pasados en la ciudad de Uruapan, no solo nos muestra una vez más ante los ojos del mundo como un país caracterizado por la corrupción y la impunidad, sino además como un país en la barbarie.Por si esto fuera poco, resultan patéticas las desafortunadas declaraciones de los funcionarios y políticos de todos los niveles, tratando de minimizar los hechos y queriendo explicar a la sociedad michoacana lo inexplicable, lo cual no hace más que confirmar, lo que a diario se comenta: que la estrategia implantada para salvar al estado a través de la Comisión para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, está muy lejos de lograr sus objetivos, toda vez que ni hay seguridad, y el desarrollo de la Entidad, sigue siendo una promesa pendiente. Si el brutal asesinato cometido en una de las principales ciudades del Estado, al cuidado de la policía federal, las fuerzas ciudadanas y rurales,(que serían ejemplo nacional), el ejército, la marina, la gerdarmerí a, la policía estatal, no es producto de la delincuencia organizada, como lo presume el señor procurador, se imagina usted lo que a diario acontece en el resto de los municipios michoacanos? Tampoco parece lógico pensar que se trata solo de un hecho aislado, cuando a diario se sabe de la desaparición y asesinato de personas por toda la geografía michoacana; Solo de ayer a hoy se reporta la desaparición de dos mujeres más: una maestra en Nueva Italia Alicia Serrano Cervantesy una más en la mismísima ciudad de Uruapan, Carolina García Avalos, sin olvidar los dos policías asesinados hace pocos días y los diez que aún siguen desaparecidos.Los funcionarios y la clase política de Michoacán deberían tener presente que Ignorar o minimizar los hechos, no los hace inexistentes. Ahí está, en varios municipios del estado, la denuncia generalizada del comportamiento de las llamadas fuerzas rurales. Definitivamente, no podrá conducir a nada positivo, habilitar a delincuentes como guardianes de la sociedad.