Ahora: legitimar, revisar, reparar
O EL ESPIRAL CAÓTICO O DISTRACCTOR
Soy un convencido de que el Estado-gobierno tiene toda la capacidad, la legitimidad, competencia y habilidad para enfrentar, contener y resolver todos los pequeños y grandes conflictos de desgaste de imagen y autoridad, que como Estado, administración, sociedad nacional y sociedad regional (Michoacán) enfrenta en este momento, llámese como se quiera llamar: los casos inmobiliarios de funcionarios de primerísimo y primer lugares- conflictos de intereses, los abusos de poder de las fuerzas militares en Tanhuato, Tlatlaya, Apatzingán, Tamaulipas, Veracruz, etcétera, etcétera, desaparición de estudiantes normalistas en Iguala-Cocula, la pluralidad y balcanización de las líneas de investigación en ese caso, la erosión de la llamada verdad histórica, la evaluación docente en los estados “pico” – Guerrero, Oaxaca y Michoacán -, el debate sobre el consumo de la mariguana con fines recreativos, la indefinida e irresoluta deuda, michoacana, las autodefensas, etc.
Desde esa perspectiva, llamó mi atención la caricatura de JABAZ, en el diario MILENIO; en su edición del viernes 4 del presente.
En el rectángulo está el presidente de la República – bien peinado, bien vestido o muy aceptablemente vestido, con su mano derecha haciéndola de depositario de la cabeza, que se carga un poco a su derecha, ofreciendo la idea de reflexión-pensamiento, con un fondo en grises y morados deslavados y con varias cruces de madera – supongo, imagen de un panteón-cementerio -. Hay globos y las palabras de eses globos presentan un diálogo:
Primer globo: “Si legalizar la mariguana es para combatir el narcotráfico.
Segundo globo: “Entonces la pregunta sería”
Tercer globo: “¿Para combatir al crimen organizado, pongamos en riesgo la salud de la niñez y juventud mexicana”?
Estos globos son reflexiones del titular del Ejecutivo Federal
Cuarto globo: “¿Entonces es más segura la ilegalidad?”, se supone que alguien que piensa – varias personas o el caricaturista, es el autor de esa reflexión.
De todo el cuadro se pueden hacer varias lecturas, a gusto y criterio, formación y posicionamiento del lector.
Al Estado mexicano, al gobierno mexicano, ¿qué le resulta más barato, mejor, el mal menor, aplicar la ley o continuar en esta espiral que parece ser un inmejorable desorden?
Si es la espiral del caos, del desorden, que prevalece, todos perdemos; si se aplica la ley, el Estado de Derecho, todos ganamos, o por lo menos la gran mayoría de la sociedad nacional, casi la unanimidad.
¿O importa más cuidar el desorden, el vandalismo, la pillería o la aplicación de la ley?
En el caso de la mariguana, ¿es, o no es, el Estado el guardián de las instituciones y es o no la sociedad mexicana la máxima institución nacional y el Estado, está obligado a que, sobre los intereses particulares, prevalezca el interés mayoritario de la sociedad y debe tutelar su marcha?
De no ser así, ¿para qué existen las leyes, reglamentos y todas las disposiciones legales?
¿Cuál es, la primera o la última razón, razón de las leyes?
Existen un marco de leyes que regulan-norman nuestras libertades. De no ser así, viviríamos en la anarquía, en la ley del más fuerte, en la Ley de la Selva.
¿O qué debemos perder, ver y sentir disminuidas nuestra seguridad, nuestra confianza, nuestra tranquilidad, nuestra libertad, por un puñado que quiere hacer lo que le dé la gana, al amparo de una ley de moda, de imagen, de verborrea de tinta y presencia en los Medios?
En este caso, sabiendo que el Estado es poseedor legítimo de la fuerza legítima y la razón de Estado, ¿cuál sería la razón por la cual no se va a la solución del conflicto o de cada asunto?
Seguro que no es la incompetencia.
Tampoco, la incapacidad.
Menos, la pobreza de equipo y recursos.
Mucho menos la falta de información detallada de cada uno de los asuntos, así como de cada uno de los escenarios y su evolución resultantes, hasta su finalización.
Ahora bien, si el Estado-gobierno-administración resolviera todos los conflictos que enfrenta en este momento,
1.- ¿Mañana, qué haría?
2.- ¿Cómo resolver los grandes problemas nacionales que son causadas por el exterior o por situaciones estructurales de nuestra sociedad?
* El bajo costo internacional de la mezcla mexicana.
* La depreciación de la moneda mexicana, en relación con el dólar – $ 16.80, por un dólar – y con el Euro -18.30 por una unidad – y con la libra esterlina – $ 25.50, por una unidad -.
*¨El creciente endeudamiento nacional.
* La imparable corrupción. En la que todos participamos
* La incontenible impunidad. En la que todos somos sensibles a ella.
* La creciente carestía o el lento, pero constante elevado costo de la vida
* Pausada, pero sensible inflación real.
* Crecimiento del empleo informal.
*Incapacidad del salario mínimo real para satisfacer la subsistencia de una familia mexicana.
*Creciente desigualdad y desequilibrio en la distribución de la riqueza.
*Disminución=empobrecimiento de la Clase Media, aumento de la Clase baja y crecimiento de los deciles de la pobreza y de la miseria.
Para muchos todos los asuntos – no problemas – que están en discusión nacional en el foro que sea y por el medio que sea, son una distracción. Simple.
Mas, para el Estado, ¿qué es mejor?
¿Qué surgiría de tener voluntad política para renovar moralmente a nuestra sociedad? ¿Sale más caro el caldo que las albóndigas?
¿Cuál es el mal menor y cuál es el bien mayor?