Los obispos llaman a la paz
El movimiento estudiantil encabezado por alumnos del Instituto Politécnico Nacional ha sentado un importante precedente en la vida nacional. Cerca de 70 mil estudiantes de diversas instituciones se unieron para demandarle al Gobierno federal una mejor educación superior, mayor presupuesto a proyectos científicos y tecnológicos, la cancelación del nuevo plan de estudios y reglamento y retirar las pensiones vitalicias a los exdirectores del Poli, entre otras.
Ante esto, el gobierno federal no tuvo otra opción que aceptarlas y enviar al Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong a dar la cara y negociar con los estudiantes, cuestión que debería ser atendida por el titular de la SEP, Emilio Chuaffet.
De lo anterior, quedan dos aspectos claves para analizar.
Primero, que se demuestra una vez más que para ser escuchados por la actual autoridad federal es necesario una demostración pacífica y masiva que enarbole la causa. Y es que para el Gobierno federal la atención a las demandas más sentidas de la población como mayor seguridad, lucha contra la delincuencia, la creación de empleos, mejores salarios, servicios médicos de calidad, entre otras, han quedado en segundo plano; en estos dos años de gobierno se ha privilegiado el interés por fortalecer a la oligarquía política y empresarial nacional e internacional; sus prioridades están al revés.
Segundo; que muchos de los actores políticos del actual gobierno de la República no han respondido con eficacia a su responsabilidad. Un asunto meramente educativo tuvo que ser atendido-por cierto de buena manera-por el titular de SEGOB, mientras que el encargado de la SEP no ha sacado la cabeza, seguramente porque su intolerancia es bien conocida y su falta de control y atención en áreas como la educación tecnológica y superior son evidentes.
Ahora, la sociedad ya cuenta con una nueva herramienta para demandar y presionar al actual gobierno; la unidad. Recordemos que muchos de los grandes cambios que han ocurrido en los últimos años en diversos países del Mundo se han gestado de ésta manera, eso sí, no siempre por la vía pacífica.
Esperamos que en México la sociedad haga consciencia que es por la vía pacífica y sólo por ella como podremos resolver muchos de los problemas que nos aquejan.
Ante un gobierno sordo, una sola voz, la del pueblo unido.