Ecosig, prohibidas en México
Son miles los comentarios que circulan en las redes sociales sobre el decepcionante desempeño de la administración federal priista encabezada por Enrique Peña Nieto en su último año de gestión, y en vísperas de la renovación del Congreso de la Unión en 2015,el electorado mexicano se prepara para cobrarse la factura.
Sumergido México en una crisis de credibilidad donde los partidos PRI Y PRD han demostrado su descomposición; uno sumido en la corrupción e ineptitud y el otro apoyado en la narcopolítica y la violencia, es seguro que la tendencia electoralno les favorecerá en la próxima elección.
En Michoacán,los ciudadanosseriamente defraudados primero por la accidentada gestión priista de Fausto Vallejo y en segundo por la administración perredista de Leonel Godoy que dejo en bancarrota al Estado, el panismo se vislumbra como la única opción.
La actual administración presidida por el catedrático Salvador Jara Guerrero se ha visto ensombrecida por el protagonismo del Comisionado Alfredo Castillo, a quien los michoacanos no le tienen confianza en lo absoluto y su desempeño ha dejado mucho que desear ya que siguen las extorsiones, los secuestros y la violencia. Durante su gestión, Michoacán acumuló en tan sólo once meses de 2014 la cifra histórica de asesinatos dolosos: mil 52, más los que se acumulen al término del presente mes.
Así las cosas, los michoacanos ya no buscan que los representen éstos partidos, buscan individuos comprometidos y honestos que compartan su realidad y atiendan de una buena vez sus reclamos; y como al parecer no hay hombres que tengan los tamaños para entrarle con todo al rescate del Estado, podría ser una mujer la que ponga el ejemplo.
La panista María Luisa Calderón ha dado a conocer en varias ocasiones su intención de gobernar Michoacán, un Estado que parece ingobernable. De hecho la senadora se registró como precandidata el pasado 21 de diciembre y ha comenzado su precampaña con inteligencia y sutileza.
Habrá que ver cómo la recibe el electorado michoacano que, por tanta decepción, ya no cree en nadie ni en nada.