Libros de ayer y hoy
El manoseado asunto de la abortada alianza en el Estado de México es ya un lugar común, desde siempre estuvo cuestionada por un sector del Partido de la Revolución Democrática y el número pírrico de ciudadanos que acudieron a manifestar su voluntad el pasado fin de semana con el sí o no reflejó un gran desinterés producto del desencanto.Alejandro Encinas, la carta más fuerte del perredismo para buscar suceder a Enrique Peña Nieto lo dijo antes y después, con el Partido Acción Nacional jamás. Previsible el tono que es ratificación de los argumentos y desmarques de la corriente de Andrés Manuel López Obrador, pierde Nueva Izquierda y Marcelo Ebrard va para atrás.Las agendas del PAN y del PRD son antagónicas, sería muy complejo empatar objetivos que en muchos casos son disímbolos, encontrados. Aleaciones atípicas que se confeccionan para efectos coyunturales, es decir su duración suele ser efímera.Eruviel Ávila fue ungido de acuerdo al ritual de antaño, localizado en las vetustas liturgias priistas aunque con ello se evitaron fisuras, no fue designado alguien de la casta divina, no fue alguien hijo de influyentes, ni el amigo íntimo de Peña Nieto. Parece que el PRI toma la delantera mientras sus contrincantes miran desdibujarse esa alianza reventada.Se ha tomado la contienda del Estado de México, que concentra el padrón más alto del país, como un ensayo de la contienda del año 2012 y por consecuencia los intereses son localizables e inmensos.Aquí, en el Estado de México, no habrá alianzas entre derecha e izquierda porque no se equipara con las circunstancias de Puebla, Sinaloa o Guerrero. Michoacán tampoco presenta las condiciones para una alianza porque los comicios aquí en nuestra entidad reflejan un escenario en que los tres principales partidos nacionales tienen posibilidades de obtener el triunfo.Las encuestas sitúan a probables precandidatos en un interesante ejercicio, aunque la política es una ciencia inexacta, de aproximaciones e imponderables que pueden ser determinantes, por ello no se puede dar por adelantado el veredicto que se habrá de rubricar en las urnas.En todo caso es conveniente recordar a los actores políticos de Michoacán que la sociedad, creo que en su gran mayoría, desea campañas de altura que miren a las estrellas y no a los residuos, que perfilen respuestas y no más interrogantes. Campañas en las que se tejan ejes consistentes de propuestas y no más agravios.