Contexto
Hace más de 20 años, con apenas 28, un joven apareció en la liga mayor de la política mexicana.
Manuel Bartett convocó a funcionarios estatales a la Secretaría de Gobernación (Segob) para instrumentar la reforma y abrir espacios a las fuerzas políticas minoritarias en congresos estatales y ayuntamientos.
La reunión comenzó y el secretario de Gobierno del Estado de México, de 75 años, preguntó a su vecino: –
-¿Usted de dónde viene?
-De Guerrero, don Alfredo (Del Mazo).
-¿Y a qué hora llega el secretario de Gobierno de Guerrero?
-Soy yo. Me llamo Angel Aguirre Rivero. Colaboro con Alejandro Cervantes Delgado.
Fue su presentación.
Como secretario de Gobierno, Aguirre Rivero fue más lejos en la reforma electoral: no nada más dio asientos legislativos y regidurías a fuerzas menores, sino les ofreció paridad.
A partir de entonces ascendió: miembro del gabinete estatal, de nuevo alto colaborador de José Francisco Ruiz Massieu, dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con Rubén Figueroa, a quien sucedió.
En 2003, con el PRI en la oposición, pidió la oportunidad de ser candidato a diputado.
-No puedo. Tengo llena la lista del partido –le respondió Roberto Madrazo.
-No, quiero ganar el voto de mi tierra, en la costa guerrerense.
Y fue diputado y luego senador de mayoría y finalmente gobernador con logo perredista, con el resultado sabido.
EL ENLACE ENTRE MANCERA Y ASTUDILLO
Su suerte la decidió otro perredista.
Angel Aguirre Rivero da plena veracidad a las investigaciones del ex procurador Jesús Murillo: el alcalde de Iguala, el perredista José Luis Abarca y su esposa María de los Angeles Pineda servían al cártel Guerreros Unidos.
Cuando la desaparición de normalistas hizo crisis en el gobierno de Enrique Peña Nieto, debió irse por ultimátum expreso del dirigente perredista Carlos Navarrete.
Hoy, desde una posición discreta, se reinserta en la política.
A su favor juega el impulso dado a Héctor Astudillo, a quien hizo alcalde de Chilpancingo la primera vez y luego lo apoyó en su segundo período.
Eso y su cercanía con Miguel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Hoy ha restablecido sus relaciones con Astudillo, quien lo invitó a servir al estado sin cargo específico ni promesa de paga.
Su primera acción honoraria es enlazar ambas administraciones para llevar a Guerrero programas como Médico en tu Casa, Abogado en tu Casa y hasta composta para reactivar el campo guerrerense o a otros estados.
Las pláticas avanzan a través del Manuel Granados, consejero jurídico de la capital, y el omnipresente Luis Serna, secretario particular del jefe de Gobierno.
Habrá noticias muy pronto.
A ver si los puritanos no se desgarran las vestiduras aunque no haya acusación alguna contra Aguirre Rivero y, algo más, ninguno de sus familiares y colaboradores aprehendidos y consignados siga en prisión.
CHAPODIPUTADA AL MENOS HASTA ABRIL
1.- A la cúpula de Acción Nacional (PAN) y en especial a su dirigente Ricardo Anaya no les corren prisas ni devoran ansias.
Miran impasibles el transcurso de los meses y esperan hacia fines de abril, en el mejor de los casos, el desafuero de la chapodiputada Lucero Guadalupe Sánchez.
Puede haber, sí, un nuevo actor si se atiende la recomendación del diputado Federico Döring: la inculpación del ex diputado Jorge Villalobos.
Era el operador de Gustavo Madero y él presentó la candidatura de la gran amiga de Joaquín El ChapoGuzmán.
Y luego, claro, Madero la palomeó.
Y 2.- he aquí dos visiones distintas:
Mientras Andrés Manuel López refuerza su alianza con el magisterio parista y delincuencial de Oaxaca, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, Emilio Gamboa, destacaba la necesidad de acelerar la reforma educativa.
Esta, dijo, debe darse con el apoyo de los maestros en los términos planteados por dicha reforma.