Política gourmet
Los priístas ya sienten la recuperación de Sinaloa.
Nada ilógico si se parte de una historia y de muchas circunstancias.
La historia:
El círculo cercano al gobernador Mario López Valdez, Malova, describe a partir de una anécdota su gran afinidad y sus compromisos con el presidente Enrique Peña Nieto:
En una ocasión, de gira por el estado, el primer mandatario oteó:
–Mario: ¿cuándo te regresas al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
-Cuando usted ordene, señor presidente. Pero le hago una reflexión: ¿dónde le sirvo más a usted, a la política y al partido, en la oposición o como militante activo?
-Está bien. Seguimos como estamos.
Y sí, siguen como estaban: Malova con imagen de independiente, lejos de sus impulsores Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero muy cercano al gobierno.
Aquí nace la trascendencia de este acuerdo político en víspera de la renovación de poderes en Sinaloa.
Las circunstancias, como las narramos al comienzo.
PANAL DIFICULTA CONSUMAR LA ALIANZA
El primer hecho se dio con la nominación de Quirino Ordaz como candidato del PRI a gobernador.
-¿Porqué Quirino? –pregunté a un mando tricolor.
-Porque era el que menos daños hacía –me contestaron.
Tiene razón:
El puntero en las encuestas era el empresario Jesús Vizcarra, perdedor hace seis años y propietario de la comercializadora de carne más grande del país y con factura anual superior a los dos mil 600 millones de dólares.
Decidió no jugar una vez más para no polarizar.
De esa manera desactivó la enemistad de Mario López Valdez, Malova, quien en la contienda de 2010 lo ligó al narcotráfico a partir de una fotografía ecolar donde Vizcarra niño aparecía en un capo, niño también.
-No puede combatir el crimen quien es parte del crimen –le zorrajó Malova en un debate decisivo.
Fueron definitivos ese señalamiento, la campaña de una cadena periodística y el activismo por el candidato de PAN y PRD de Francisco Labastida Ochoa y el ex gobernador Juan Signifido Millán Lizárraga.
Quirino Ordaz carece de esas animadversiones y empieza a sumar.
Ya tiene, por ejemplo, el respaldo del propio Jesús Vizcarra y de Mario López Valdez.
Pero todavía hay algunos pendientes.
Por ejemplo, las negociaciones de la cúpula priísta con el Partido Nueva Alianza (Panal) de Luis Castro Obregón a fin de consumar la sociedad.
No es dato superfluo: el Panal y el magisterio dan los votos para solidifcar cualquier alianza aunque enfrente lograran rearmarse un PAN dividido y un PRD marginal.
La dificultad mayor está en Los Mochis, casualmente tierra de Malova y donde estaría seis o siete por ciento de los votos.
Los arreglos corren a cargo de Manlio Fabio Beltrones, quien tiene de brazo operador al jalisciense Ramiro Hernández, y por supuesto Luis Castro Obregón.
Estos días serán definitivos.
UN FALLO POR LA LIBERTAD DE EXPRESION
Imposible ignorar acontecimientos decisivos para la libertad de expresión.
La justicia federal la reivindicó el jueves pasado sobre las persecuciones fascistas del Instituto Nacional Electoral (INE) de Lorenzo Córdova contra los periodistas Joaquín López-Dóriga,Javier Alatorre, Jorge Zarza y Carolina Rocha.
El INE pretendía sancionarlos por simples comentarios respecto a los spots electorales que se transmitieron durante la visita del Papa Francisco.
El organismo de Córdova quiería ir mas lejos: obligar a aplicar una censura previa a los concesionarios de los medios de comunicación donde trabajan los periodistas aludidos.
Ante tal aberración, intervino la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de Luis Raúl González Pérez a través de la figura Amicus Curiae.
“Las conductas imputadas a (los cuatro periodistas) corresponden al ejercicio legítimo de la libertad de expresión y por tanto una sanción a los mismos vulnerarnía ese derecho fundamental”, destacó la Comisión.
Tras el fallo judicial, la Cámara de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) lo celebró porque reivindica el derecho a la información y a la libre expresión de los comunicadores.
La CIRT también llamó a cesar los actos de intimidación contra periodistas y a detener la práctica de monitorear las opiniones expresadas en radio y televisión.
Al final asentó:
“Seguiremos defendiendo la Libertad de Expresión, por lo que valoraremos dar cuenta del actuar del INE a la Comisión Interamericana de Derecos Humanos (CIDH) a fin de que no se repitan los intentos de censura contra cualquier comunicador…”.