Libros de ayer y hoy
El mando político del país está asustado.
Le preocupan las elecciones en varios estados por las difíciles condiciones imperantes.
Unos suenan lógicos por los niveles de violencia del crimen organizado.
Pero de entre los 13 estados donde habrá votaciones, 12 para gobernador y elecciones para diputados y alcaldes en Baja California, destacan dos: Veracruz y Oaxaca.
Hay dos enfoques.
El primero es es eminentemente comicial: cómo posicionar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a sus candidatos, Héctor Yunes y Alejandro Murat.
Y el segundo es el comportamiento de varios sectores.
En Veracruz no saben cómo reaccionará la población ante la polémica desatada por ese ominoso coctel de delincuencia, el bajo nivel de crédito del gobernador Javier Duarte, su abierta oposición a Héctor Yunes y la enfermiza ambición de Miguel Angel Yunes, ex priísta ahora cobijado por Acción Nacional (PAN).
EL COSTO DE DEJAR AVANZAR LA CRISIS
La preocupación va aliada de un lamento: no haber actuado con oportunidad.
Bien le planteó Héctor Yunes al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong a principios del año pasado:
-No dejen pasar el tiempo. El PRI va a perder Veracruz si sigue Javier Duarte.
Y propuso la solución:
Ir él de interino, mejorar la administración pública y preparar el terreno para la candidatura del senador José Yunes en 2016 y la suya para 2018, entonces sí para seis años.
-No puedo –fue la respuesta, según una fuente de primerísimo nivel.
En consecuencia, ahora el gobierno federal se encamina a una contienda donde el PAN presionará por las buenas, por las malas y hasta las concertacesiones a fin de hacerse del tercer padrón electoral del país.
Ante el escándalo, tal vez palidezca la instrucción del presidente Enrique Peña Nieto:
-Nada de negociaciones. Se gana y se pierde por un voto, siempre ganado a la buena.
Sí, pero en Veracruz no está dicho qué será bueno y qué será malo, habida cuenta de cómo Miguel Angel Yunes se hizo del padrón de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en tiempos del panismo y luego mandó operadores para ensuciar la elección de hace tres años.
Ya se sabe la historia: la entonces secretaria Rosario Robles debió destituir a varios funcionarios, pero se reservó un dato clave aunque lo ofreció a los senadores: todos indentificados con la estructura azul.
Sobre Oaxaca no hay mucho para decir.
Al mal gobierno de Gabino Cué se suman el pleito entre los ex gobernadores Ulises Ruiz y José Murat, éste padre del candidato tricolor, y la violenta Sección 22, punta de lanza de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Aunque disminuida con la reforma política y mermada en sus finanzas, la agrupación encabezada por Rubén Núñez puede generar caos y enturbiar un proceso destinado a ser fiesta democrática.
EL PRD Y SU ENCURIJADA EN ZACATECAS
1.- La bomba debe explotarle hoy al Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
No habrá de otra: Agustín Basave primero ofreció y convenció al priísta Pedro de León de abanderar la alianza perredista con el PAN, pero no le cumplió.
Bastó la presión de Los Chuchos para imponer a toda costa a Rafael Flores y se desdijo y organizó una contienda con un sólido resultado del Consejo Estatal: 74 votos para De León y 36 para su adversario.
Como gran parte de las diferencias del PRD se resuelven a golpes, hubo desorden y se desconocieron los números.
2.- Si Agustín Basave y su gente se equivocan, el beneficiario sería David Monreal, de Morena, porque con él se irían priístas y perredistas aglutinados por Pedro de León.
Y 3.- cuando gran parte del gabinete y la clase política deja sólo al presidente Enrique Peña, destaca el apoyo a cambios y reformas por parte del dirigente priísta Manlio Fabio Beltrones.
Lo más reciente es el respaldo a los cambios en Pemex, Seguro Social y Salud para “redoblar los esfuerzos en la ruta de transformación del país”.