Xóchitl Gálvez ha tomado una decisión audaz.

 

Ha pedido al Gobierno del Distrito Federal (GDF) suspender todas las obras en la delegación Miguel Hidalgo y en especial en Polanco, donde hay una sociedad en rebeldía.

 

Es un adelanto del estilo personal de gobernar de la panista, pero prepara nuevas acciones.

 

Por una parte, revisará personalmente las principales obras promovidas durante la administración de su antecesor Víctor Hugo Romo.

 

Por la otra rediseñará la estructura de la jurisdicción.

 

Por ahora centrémonos en lo primero.

 

Sin duda el mayor escándalo se da en la remodelación de la avenida Presidente Masarik, obra casi íntegra del GDF para embellecer la calle más comercial del país.

 

Pero no quedará como la vemos hoy.

 

Se harán cambios para terminar con los embudos en cada bocacalle, se rediseñará el alumbrado público –“artístico”, le llaman, quién sabe por qué- y todo será sometido al consenso vecinal.

 

Atrás de esa obra de relumbrón hay otras pagadas y no ejecutadas o mal ejecutadas.

 

Ejemplos:

 

El parque conocido como El Mexicanito –en realidad Winston Churchill- en Polanco, el mercado la Escandón, el nuevo edificio delegacional, la alberca en la colonia Argentina…

 

Hay dos constantes: el proyecto se pagó pero no se ejecutó o se entregó sin funcionar, como sucede con la Alberta.

 

 

LIMPIA DE CIENTOS DE AVIADORES

 

 

Xóchitl Gálvez rechaza hablar de enfrentamiento.

 

No lo hizo el 20 de abril, tras recibir el aval del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a su candidatura, ni lo hace ahora.

 

-Con Miguel Mancera tendré siempre un espíritu de colaboración –me dijo ese día y repite ahora-. Le conviene a él, me conviene a mí y les conviene a los habitantes de la Miguel Hidalgo.

 

En ese esquema, le ha propuesto reestructurar la administración delegacional.

 

Dos ideas:

 

-Hoy hay nueve direcciones generales y pretende dejar únicamente tres.

 

-Hay un mundo de personal con contrato y sin funciones específicas –aviadores en el argot popular- cuyo destino inmediato es la calle.

 

Hasta ayer se tenían plenamente identificados más de 300.

 

Debe ser una propuesta atractiva para el jefe de Gobierno, pues su aplicación llevaría a la liberación de recursos a fin de destinarlos para proyectos urbanísticos en una delegación con gran polarización, zonas de gran riqueza y colonias de gran pobreza.

 

El tiempo dirá si es acertada esta apuesta de Xóchitl Gálvez.

 

En todo caso, no se trata de elogiarla, sino de presentar un proyecto distinto al emprendido por los delegados políticos de Morena –la escandalosa Claudia Sheinbaun es mano-, quienes se han dedicado a quejarse por el estado de sus oficinas saqueadas.

 

Sólo el zacatecano Ricardo Monreal ha tomado decisiones distintas, como esa de suspender las obras en la Zona Rosa, a la cual la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha vuelto intransitable cual escenario de guerra.

 

 

MURAT LLEVA MESES DE CAMPAÑA

 

 

1.- Cuando el Poder Judicial despertó, Alejandro Murat le lleva mucha ventaja.

 

El director del Instituto del Fondo Nacional de Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) hace campaña desde varios meses y genera tendencias a su favor con un argumento constitucional: es hijo de José Murat, oaxaqueño por nacimiento.

 

Dice el artículo 23 de la Constitución estatal:

 

“Son ciudadanos del estado de Oaxaca los hombres y mujeres que hayan nacido en su territorio, quienes sean hijos de padre o madre oaxaqueños…”.

 

Para el ex gobernador, la candidatura de su hijo nunca ha estado en riego.

 

Y 2.- las regiones petroleras deben prepararse para recibir recursos cuantiosos, merced a las recientes licitaciones de la Ronda 1.

 

El Estado mexicano, afirmó el dirigente priísta Manlio Fabio Beltrones, recibirá entre 82 y 90 por ciento de las utilidades en los bloques asignados, dinero cuyo único destino será generar oportunidades de desarrollo y empleo.