Contexto
Entre los gobernadores hay una agitación inusual.
No entienden cómo a través de leyes nacionales la federación pretende imponer mayores controles al endeudamiento de estados y municipios sin tomar en cuenta su circunstancia.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público, ha encontrado razones para actuar por el sobreendeudamiento –el término es suyo- alcanzado por las entidades federativas.
Va un panorama:
A pesos actuales, los 31 estados y el Distrito Federal sumaban un débito de 18 mil 278.2 millones en 1993, pero a partir de ahí se dio una explosión de créditos injustificable.
En un año subió más de 50 por ciento: más de diez mil millones de pesos.
Dicho en lenguaje común, la deuda histórica de las 32 entidades federativas comenzó un ascenso creciente y peligroso del cual no se han apeado las autoridades locales.
Los números no han parado: 28 mil 318.8 en 1994, más de 41 mil en 1995 y 53 mil 219.4 en 1996, y así sucesivamente porque ningún gobierno puso freno a esa discrecionalidad.
La ausencia de controles facilitó, durante los gobiernos panistas, cuadruplicar las deudas estatales en dos sexenios: Vicente Fox la encontró en 90 mil 731.3 millones y Felipe Calderón la dejó en 434 mil 761.2 millones.
LAS PROMESAS DE APOYO DE VIDEGARAY
En la administración del presidente Enrique Peña Nieto la tendencia no se ha revertido y por eso la nueva política.
De diciembre de 2012 a marzo pasado –último reporte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)- las deudas de los estados han aumentado en 75 mil 269.6 millones de pesos.
En total 510 mil 30.8 millones.
¿Cómo manejar ese medio billón de pesos en estados cuya generación de recursos propios difícilmente llega a diez por ciento en los mejor posiciones y ronda el tres en los más marginados?
Aquí está el problema.
No tienen recursos, los gobernadores no se atreven a mejorar la captación para no ser reprobados por la población y menos en vísperas electorales.
A este problema se suma otro:
En 2014 se les redujeron las participaciones y aportaciones federales para los últimos meses y todo 2015.
Para el año próximo se les anunciaron nuevas bajas -15 por ciento en promedio-, pero a partir del llamado presupuesto base cero las proyecciones anuncian nuevos descensos.
Si el sobreendeudamiento aludido por Luis Videgaray se dio en tiempos de vacas gordas, con ingresos petroleros altos y partidas adicionales, ¿qué hacer en la nueva astringencia?
Por ello hay los gobernadores y sus secretarios de Finanzas desfilan por la Secretaría de Hacienda, donde no se les da mayor información en torno a las medidas en puerta.
Ahí está el caso de los gobernadores electos de Guerrero y Michoacán, el priísta Héctor Astudillo y Silvano Aureoles, a quienes se les ha prometido el rescate de dos entidades en quiebra técnica y con crisis de seguridad.
-Es la instrucción del presidente –les ha dicho Videgaray.
Sí, ¿pero de dónde?
COAHUILA RENEGOCIA, CHIHUAHUA CRECE
1.- A propósito de deudas, Coahuila y Chihuahua han tomado decisiones soberanas.
El coahuilense Rubén Moreira acaba de renegociar su deuda -37 mil 214.2 millones- para reducir el servicio y retrasar los pagos.
En Chihuahua César Duarte mandó a su secretario de Hacienda, Jaime Herrera, a destacar el crecimiento económico estatal, uno de los más altos del país.
Para este año se prevé una tasa de 6.9 por ciento en el producto interno, la más alta en 20 años.
Es decir, no le afecta una deuda directa de 22 mil 877 millones de pesos pero con la máxima calificación (triple A) de Fitch Ratings, HR Ratings y Moody’s.
Y 2.- en el gobierno lamentan la escsa recepción mensaje del presidente Enrique Peña al correr el domingo pasado: su salud está fuera de duda.