Itinerario 2024: votar por justicia o por clemencia
-Nos dio metástasis.
Los mandos perredistas usan la metáfora de Armando Ríos Píter para describir su desgracia política surgida de la matanza de Iguala la noche funesta del 26 de septiembre pasado.
La candidatura de Ríos Píter al gobierno de Guerrero, lo sabíamos, era calificada como natural y seguramente triunfante hasta la descomposición del estado y su creciente repercusión nacional e internacional.
Hoy el pasmo es general.
Lo suficiente en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) para empezar a analizar el perfil del inminente sustituto de Angel Aguirre en el gobierno y observar una pobreza generalizada de cuadros.
El eventual interinato del senador Ríos Píter no es viable por varias razones.
En primer lugar, el legislador se ha preparado durante toda su vida para gobernador constitucional de seis años y no aceptaría el cargo emergente por breve tiempo, poco más de un año.
En segundo, el PRD –y en concreto Nueva Izquierda (NI), la corriente dominante en el partido, no quiere quedarse sin un candidato altamente competitivo para las elecciones del año próximo.
Y en tercero, mal favor le hacen a Ríos Píter al encomendarle una entidad casi en llamas: con las instituciones debilitadas, el magisterio en rebeldía y movilizaciones al alza en apoyo de normalistas cuyo único interés, según parece, es incendiar Guerrero.
LOS DOS PROSPECTOS DE NUEVA IZQUIERDA
No pierda de vista la movilización de hoy en Acapulco.
A más de numerosa y tal vez violenta, será el inicio de un asedio personal hacia el gobernador Angel Aguirre, a quien quieren a salto de mata y sin libertad para ejercer sus responsabilidades fundamentales de mandato.
No le sorprenda si es el comienzo del asalto final.
El morbo estará en ver cómo actúa el gobierno federal de Enrique Peña Nieto.
Acaso vea el momento de encarrilar la salida del gobernador, colocar a los poderes federales al frente del problema y decidir cómo va a resolver una crisis ya no contra Aguirre, sino contra la administración de Peña.
En tanto llega la respuesta política y/o dura del Estado, el PRD especula sobre a quién colocar al frente de Guerrero para abrir una etapa de transición hacia la normalidad.
Los perredistas -y el PRD está dominado por Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Carlos Navarrete– sólo ven a dos prospectos:
Beatriz Mojica, secretaria de Desarrollo Social, cuenta con el apoyo de Los Chuchos.
O Sofío Ramírez, plenamente identificado con el gobernador actual y cuyo gobierno se vería como aguirrismo sin Aguirre.
Para empezar a revisar perfiles la cúpula amarilla debe tener sus razones, pero antes deberá coordinarse con el gobierno federal para saber si entrega la cabeza de Aguirre sin garantizar la despresurización del conflicto.
Ya se hizo con los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y los resultados no fueron los deseados.
EXTRAÑA SALIDA DEL SENADO PARA LA CNDH
1.- Rara salida encontraron los senadores para decidir la conducción de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Desde su fundación y hasta la fecha, ese organismo renovaba su presidencia por dos vías, o la reelección o la designación, nunca las dos.
Ahora se opta por la vía mixta –posible reelección o posible elección- y la perredista Angélica de la Peña enreda más con su propuesta de convocar a una consulta con la participación civil y en audiencias públicas.
Sólo ella y su corriente, Nueva Izquierda (es esposa de Jesús Ortega) saben si pretende dejar abierta la posibilidad de reelegir aRaúl Plascencia para hacerle una gran manifestación de rechazo cuando acuda al Senado.
Como sea, los prospectos más mencionados no han variado: Mauricio Farah, Luis Raúl González Pérez, Ricardo Bucio y el propio Plascencia.
Y 2.- El presidente de la Comisión de Trabajo y Previsión Social, Ernesto Gándara, confirmó lo adelantado aquí: se discutirá el manejo del salario mínimo pero ligado a otros factores económicos y en especial la productividad.
El foro comenzará el 21 de octubre con el título Salario, productividad y formalidad y entre otros ponentes acudirán el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete, y el jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Mancera.