Era el último año de Vicente Fox en el gobierno.

Amado Yáñez y su ascendente empresa Oceanografía, atada a los hijos políticos del presidente –Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún- se habían convertido en clientes frecuentes del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).

Los créditos fluían con agilidad y sin muchos requisitos.

Diez, 15, 30 millones de dólares sin ningún problema.

Pero un día, por aquellos años y acaso por denuncia externa, los directivos de Bancomext comenzaron a dudar de la papelería presentada por Oceanografía.

No necesitaron mucho: pidieron informes a Petróleos Mexicanos (Pemex) y así confirmaron la falsedad de los contratos presentados por Yáñez y compañía.

Oceanografía conseguía préstamos con asignaciones directas inexistentes.

La información llegó a la cúpula política de aquel tiempo.

Los ejecutivos de Bancomext citaron a Yáñez y le dieron la noticia:

-Los contratos son falsos.

La reacción fue inmediata –“los solventamos; no hay problema”-, pero el arreglo también.

Yáñez reembolsó el dinero y así, de palabra, se deshicieron papeles y también contratos.

Ocho años después el tema está para investigación con muchos elementos:

-¿Por qué no se sancionó a Oceanografía y a Amado Yáñez?

-¿Por qué no se informó a la Secretaría de la Función Pública (SFP)?

-Por ley debía reportar el caso a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), ¿por qué no se actuó ésta?

Tal vez desde entonces, tiempos de Vicente Fox, pudo haberse evitado la saga de fraudes, préstamos indebidos, asignaciones ilegales y daños al patrimonio nacional y a de empresas privadas como Banamex.

Pero Oceanografía tenía padrino y madrina.

Y con padrinos y madrinas tuvo su boom con Felipe Calderón Hinojosa.

OSORIO: AHORA SÍ UN HOMBRE DE PLENA CONFIANZA

A fines de noviembre de 2012 Miguel Mancera recibió una noticia desagradable:

-El doctor Manuel Mondragón ha aceptado la invitación del presidente electo Enrique Peña para integrarse a su equipo de trabajo –le informaron.

Fue desagradable porque el futuro jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF) tenía planeado ratificarlo en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) a fin de continuar con los exitosos programas de los seis años previos.

El efecto fue doble:

Por una parte dejó inconcluso un proyecto transexenal para convertir a la capital del país en la ciudad mejor protegida.

Y, por el otro –lo más grave-, desmanteló la estructura con la cual se instrumentó aquel aparato de seguridad y Marcelo Ebrard se hacía promoción con la imagen de capital segura.

Hoy esa estructura está en la Policía Federal (PF), a cuyo mando Mondragón tenía como objetivo de despido la captura de Servando Gómez, La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios y de su aparato criminal y de extorsión en Michoacán.

Se va sin este trofeo –“cereza del pastel”, le llamó el comisionado Alfredo Castillo-, pero ampliamente reconocido por el gobierno federal.

Por eso hoy a las 13:00 horas, cuando pase de comisionado a estratega de seguridad, el acto a Mondragón tendrá sello de reconocimiento y no de despedida para dar paso a un hombre con la confianza entera –éste sí- del secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong.

MONDRAGON Y SU DOLOR POR SU AMIGO MARCELO

1.- Antes de atender las labores de estrategia, y a la par de las emergencias por su estado de salud, Manuel Mondragón se dedicará a consolar a un amigo suyo en desgracia.

Le dolió cuanto pasa en la Línea 12 del Metro, pero más las previsibles consecuencias políticas: es el despido de la política de primer nivel de Marcelo Ebrard.

Aunque la salida de Mondragón, dicen sus colaboradores, estaba sellada desde el inicio del sexenio, cuando se comprometió sólo a reordenar la Policía Federal (PF), estructurar la Comisión Nacional de Seguridad y fijar la ruta para la Gendarmería Nacional, la semana pasada le preocupó más la suerte de Ebrard.

Esos son amigos.

2.- En Pemex se ha reforzado la vigilancia interna a niveles sin precedentes.

La semana pasada se incendió un auto en un estacionamiento de las oficinas centrales, lo cual no dejaría de ser un accidente, pero no conductas sexuales de funcionarios en los sótanos del edificio principal.

Y no son funcionarios cualquiera, según los datos bajo investigación y ampliamente difundidos entre la burocracia de la empresa.

Hace bien Emilio Lozoya en dar seguimiento a estos hechos.

Y 3.- los coordinadores del Senado y de la Cámara de Diputados se han comprometido a revisar como nunca antes la designación de comisionados y consejeros del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y del Instituto Nacional Electoral (INE).

-Si se buscan abanderados de la transparencia, hay que dar muestra de transparencia –dijo ayer el coordinador senatorial priísta Emilio Gamboa.