Sobremesa

Miguel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, aseguraba el martes pasado: “Michoacán en poco más de dos meses de que se implementó la nueva estrategia de seguridad, es ya un estado totalmente seguro”. ¿ Podrá la gente creer tal afirmación?, me temo que no; mucha gente sigue sin creer en el triunfalismo que prevalece en el actual gobierno en materia de seguridad pública, la euforia gubernamental está muy lejana de la realidad que vive la entidad, veamos porque: ciertamente se han logrado avances en la detención y el abatimiento de algunos delincuentes, principalmente en aquellos municipios intervenidos por las fuerzas federales, sin embargo, si revisamos las estadísticas del propio gobierno, es decir, del Sistema Nacional de Seguridad Pública, encontramos que el estado de Michoacán pasó -estos primeros meses del año- del segundo al primer lugar en secuestros, dejando en el segundo a Tamaulipas y en el tercero al Estado de México. En materia de homicidios dolosos el primer bimestre de 2014 creció un 82 % en comparación al mismo bimestre de 2013, que fue de 97 homicidios; preocupa que el 61.7 % de estos se hayan concentrado en solo seis municipios: Morelia, Uruapan, Los Reyes, Tarímbaro, Lázaro Cárdenas y Artega. Es notorio que en Morelia, en donde las corporaciones federales no se han hecho cargo de la seguridad pública, los homicidios se hayan disparado.

Desde que arrancó la nueva estrategia federal, a principios de 2014, ha logrado la federación la intervención en el ámbito de seguridad pública en tan solo 28 municipios, en donde habitan 1 millón 150 mil pobladores, es decir, el 26.7 % de la población total del estado. Los graves eventos ocurridos en los últimos días en los municipios de Tanhuato y Cuitzeo – lugares donde no hay intervención de las fuerzas federales- hacen ver la indispensable y urgente intervención federal en los 113 municipios de Michoacán, tal y como lo había ofrecido Osorio Chong, al arranque de la estrategia que supuestamente le devolvería la paz y la tranquilidad al estado. Es un grave error asegurar que el problema de la delincuencia está localizado solo en la tierra caliente, no cabe duda, que es un problema generalizado en toda la geografía del estado. Las más de 1000 viudas, los más de 3000 desplazados y los más de 5000 huérfanos ocasionados por la violencia de los últimos 3 años, dan cuenta de la grave tragedia humana que vive Michoacán. A casi tres meses de que inició la estrategia, se ha logrado una presencia federal en apenas la cuarta parte habitada del territorio, lo que hace suponer, que a ese ritmo, sería hasta finales del 2014, cuando podría garantizarse la presencia de fuerzas federales en la totalidad de los municipios, sin que eso signifique necesariamente el abatimiento de la delincuencia, sin que ello signifique tampoco el fin del problema; porque estamos viendo que los índices de criminalidad, no tan sólo no se han logrado contener, estos incluso tienden a incrementarse, lo que sin duda deja ver, que algo sigue fallando terriblemente. Por lo anterior debe hacerse con urgencia un alto en el camino para revisar la estrategia.

Para lograr el éxito debe ser contemplada la intervención del gobierno federal en los 113 municipios y así, garantizar la seguridad de toda la población. Se debe acabar con la impunidad para quienes desde los gobiernos contribuyeron o están contribuyendo con omisión y acción con el crimen organizado. Deben ser recuperadas las instituciones del Estado, ahora muy debilitadas, empezando por las del gobierno del estado y continuando con las de los gobiernos municipales. Deben ser rediseñadas las políticas públicas con una activa participación ciudadana para encausar el desarrollo integral, evitando prácticas clientelares y finalmente, se debe regularizar -dentro del marco legal- a los grupos de autodefensas. Si el gobierno no acepta que los resultados obtenidos hasta ahora siguen siendo pobres y aún insuficientes y continúa por el mismo camino equivocado, la paz y la tranquilidad tan ansiadas, probablemente no lleguen pronto o nunca a Michoacán.