Contexto
A partir del cuarto mes del presente año, cuando comenzaron a conocerse los primeros datos económicos del país, el énfasis que el actual gobierno ha dado al desempeño de la economía mexicana ha sido mínimo. Hoy, a diferencia del pasado el gobierno ha guardado silencio con respecto al crecimiento del PIB, con respecto al número de empleos generados, con respecto a la inversión extranjera directa que ha llegado a México y con respecto a las proyecciones de crecimiento que organismos y consultoras internacionales hacen para nuestro país.
La verdad es que transcurrido el primer semestre de 2013 las cosas en materia económica no van bien en México. Cuando se dieron a conocer los datos del primer trimestre, nos enteramos que crecimos únicamente 0.8 por ciento, dato contrastante con el 4.5 por ciento que crecimos en el mismo periodo para 2010, 2011 y 2012. Sin embargo, el gobierno federal se limitó a explicar que el mediocre crecimiento se debía a un cambio en el calendario, dado que la semana santa tuvo lugar en este periodo, y a un subejercicio en el gasto público responsabilidad de el mismo gobierno. Así pues, las previsiones del gobierno aseguraban que en los trimestres restantes del año la economía se reactivaría vigorosamente, compensando el mal desempeño del primer trimestre y garantizando un crecimiento económico del 4 por ciento en 2013.
No obstante lo anterior, la realidad que hoy día tenemos en materia económica en nuestro país dista mucho de lo que el gobierno federal aseveró hace a penas un par de meses. De hecho, instancias como el propio Banco de México han aseverado en recientes informes oficiales que el desempeño de la economía mexicana durante el segundo trimestre empeoró todavía más. A ello, se suman las proyecciones de crecimiento 2013 realizadas por la OCDE, CEPAL y Banco Mundial para nuestro país, mismas que han ido a la baja de manera constante a lo largo del año y que en estos momentos ya se sitúan en un 2.7 por ciento.
Desafortunadamente, el desempeño macro de una economía se refleja de manera inmediata en la economía de los hogares. Un ejemplo de ello es lo que sucede en materia de empleo, en lo que va de estos seis meses del año, el número de empleos formales generados no ha superado la cifra de los 100 mil, cuando en años anteriores a estas alturas del año ya se registraban por lo menos 250 mil empleos nuevos generados.
Es importante que el gobierno federal se conduzca con transparencia y no trate de minimizar un estado de cosas que afecta a la población y, particularmente, a la población más necesitada. Debe comunicarlo con responsabilidad y, más importante, debe ser parte fundamental de la solución al problema que estamos viviendo.