Teléfono rojo
Mi Rufo: Urge separar el rollo político de las acciones educativas; un maestro que tiene asignadas 40 horas de clase, por definición: ¡Es ineficaz!
R- Grrr, así es mi Santias, es bien sabido que dar la “asignatura”, solo es un parte de la tarea de un maestro, que además, tiene que preparar las clases, los exámenes, revisarlos y calificar, y ahí no para, el docente tiene que “armar” lo que será el curso (rúbrica), es decir, la forma en la que abordará el aprendizaje el alumno, a través de las clases, trabajos y tareas, ello además de actividades extracurriculares para el desarrollo integral del joven, o las tutorías, en donde se da acompañamiento personalizado al alumno, para garantizar la enseñanza que dará sentido al esfuerzo.
S- ¡Chinche Rufo!, ladraste con toda propiedad la tarea múltiple de un profesor, pero el cierre: “…la enseñanza que dará sentido al esfuerzo.”, estuvo genial y certero, ya que hoy, muchos alumnos y padres de familia creen que el objetivo de ir a la escuela es obtener un título o certificado y esos, ni se comen, ni sirven de cobija. De la escuela lo que vale es el conocimiento reflejado en el aprendizaje y la formación que lo convierte a uno en ciudadano útil para México, para uno mismo, para la familia y para la comunidad;… lo demás es paja.
R- Guauuu, eso como que ya me quedó claro, pero, entonces, ¿porque para ser maestro en bachillerato piden título, si lo que vale es el conocimiento?
S- Esa es una de muchas perversiones derivadas de legislar y hacer reglamentos desde el escritorio, te comparto: Hoy la Reforma Educativa habla de enseñar competencias a los alumnos y eso es pedir peras al Olmo, porque el docente ni las vive, ni las conoce vivencialmente, ni sabe cómo enseñarlas; en pocas palabras, no se puede pedir lo que no se puede dar. Para explicar las incongruencias, mi Rufo, te comparto una experiencia triste: uno de los mejores maestros de Rincón de Tamayo municipio de Celaya, es el profesor Joaquín Saavedra Maldonado, con emoción y pasión enseñaba danza en el CECyTE, pero como no tenía licenciatura, pues se le dio de baja,… con ello perdieron los alumnos a un excelente maestro y la educación perdió su integralidad derivada de enseñar arte y cultura, pero más, como en Rincón de Tamayo está retirada la escuela, no hubo manera de conseguir otro maestro de danza (y menos con licenciatura), con lo que el enlace que se tenía con las comunidades y sus fiestas, padres de familia y gobiernos comunales y ejidales se perdió; es decir, todos perdimos mientras nuestros congresistas legislan con las patas.
R- Grrr, eso es grave, mi Santias. Al quitarle al Director de escuela la capacidad de contratar a quién considere adecuado, se masifica la educación corrompiendo la individualidad que nos nutre y anulando liderazgos. Lo sé, me van a decir que si dejamos la contratación a los directores, estos van a abusar; pue que sí, o pue que no. Lo que si se es que es un contrasentido dejarles la responsabilidad de quinientas o mil vidas de alumnos y no tenerles confianza para contratar… Y luego queremos resultados..
S- Sin duda, perro ¡Esto es muy grave!, por eso inicié el artículo cuestionando la carga de horas de muchos decentes, quienes, para ganar unos centavos más, se saturan perdiendo efectividad; por eso me da risa cuando el Presidente EPN habla del compromiso con la calidad de la educación; el pobre no sabe la burla de la que son objeto él y la República, como los congresistas tampoco saben como al “operar” las leyes, estas se pervierten.
R- ¡Guau! pues sí, es como la estrategia de ligar a profesionistas profesionales con la docencia, así, se invitó a gente con experiencia empresarial o laboral a dar clases; lo que se pervirtió con el paso del tiempo, me explico: Cuando un ingeniero o contador en funciones aportaba tiempo y experiencia para enseñar, el resultado era una vinculación automática entre el sector educativo y productivo, pero, cuando esto se burocratizó y el requisito solo fue el título, entonces todo se pudrió, hoy tenemos a muchachos imberbes que saliendo de la carrera, sin experiencia y prácticamente sin conocimientos, se convierten en profesores, ya que ahí la chamba, prestaciones, vacaciones y jubilación están garantizadas, con lo que el interés u objetivo de construir un puente entre educación y sector productivo se pierde. Así, lo que creamos es una burocracia cara e ineficaz, pues lo que les da valor es el título, no el conocimiento; lesionando la calidad de la educación, con lo que el discurso oficial se vuelve mentiroso y México pierde… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.