Poder y dinero
Uruapan, Michoacán, 2 de febrero del 2013Ya me cansan los spots de gobierno hablando de una Reforma para la calidad de la educación, que no reforma la educación y solo modifica políticas públicas…Hace años, en Michoacán, tuve la oportunidad de tratar con los dos sindicatos magisteriales, el SNTE y el CNTE. Todos mis acercamientos fueron para hacer propuestas respecto a enfoque y contenidos educativos, para regionalizarlos en función del despegue socioeconómico de pueblos y comunidades, maximizando así el cuidado y aprovechamiento de sus recursos naturales y el impulso de sus vocaciones productivas, combatiendo así la migración, y para hablar de la desconexión de las reivindicaciones magisteriales, respecto a las luchas de otros ciudadanos y trabajadores.El viernes, a invitación de las secciones 13 y 45 del SNTE en Guanajuato, asistí al Panel para análisis de la Reforma Educativa, evento que no solo me ilustró al respecto, sino que me enriqueció al conocer a personajes como Don Ezequiel Soto, un, maestro que tiene sobre la espalda todos los años de experiencia y quién puso en la mesa tres temas que invitan a la reflexión:1.- ¿Qué tipo de sindicato se quiere heredar a las siguientes generaciones? Escuchar a un sindicalista y maestro de toda la vida recordarnos las luchas de muchos hombres que aportaron sangre y vida para que en México la educación fuera laica, de calidad y gratuita, necesariamente nos lleva a una reflexión respecto al tipo de País que queremos y a lo que estamos perdiendo con la mentada Reforma Educativa: ¡La Educación Pública! Hago un paréntesis, en lo personal me siento desconectado de mis Congresistas y ni que decir de los liderazgos de los partidos que firmaron un Pacto por México, sin antes consultar con la ciudadanía: ¿Que México queremos? Porque yo no quiero como aspiración de vida que mis hijos sean obreros de la Honda o de la VW. Yo quiero que mis hijos sean libres, dignos, dueños de su tiempo y de su destino y que, no importando el nivel de ingreso, tengan calidad de vida porque la viven acorde con su naturaleza humana fundamentada en su propia realización y en el amor, no en “tener o consumir”… Por ello, no es mi aspiración ciudadana que el modelo y la mentada “Calidad Educativa”, sea para capacitar a los mexicanos para ser trabajadores de empresas transanacionales que se enriquecen de la mano de obra barata y de las ventajas y riquezas nacionales, no en beneficio de México, sino de sus corporativos asentados en el extranjero (Moderna forma de colonización). Una cosa es dar la bienvenida a un inversionista extranjero, y otra diseñar un modelo y ponerse de tapete para que los mexicanos seamos empleados por extranjeros en nuestra propia tierra. Retomo el tema:2.- Don Ezequiel, de una manera discreta nos ubico en el contrasentido del modelo económico que hoy nos ahoga, al recordarnos, como, en época de Vasconcelos, allá por 1920, se hizo una campaña para fomentar la lectura haciendo llegar al pueblo y a los estudiantes, libros de los “clásicos” a un precio de veinticinco centavos. Cualquiera con dos centímetros de frente, se dará cuenta que esto no es un asunto inflacionario, sino que en México hemos aceptado la imposición de un monstruo, el modelo Neoliberal que tiene como banderas la explotación de recursos naturales y el consumo, para el control poblacional en base al hambre, la que se mitiga mediante el trabajo subordinado, en un moderno sistema de esclavitud que permite a las naciones poderosas usufructuar las riqueza nacionales de otros pueblos, vía sistemas crediticios, financieros, monetarios y comerciales (Ver Wal-Mart), que imponen al corromper autoridades y gobiernos para sojuzgar a los pueblos.3.- El tercer asunto, el más importante a mi ver, es que las evaluaciones propuestas en las modificaciones constitucionales, no contemplan ni la diversidad de país que somos, ni se evalúa la vocación del maestro por su profesión y el amor por sus educandos, elementos esenciales para hacer del maestro, no un trabajador de la educación, sino un formador de ciudadanos, base de una educación de excelencia, cimiento de una nación fuerte y libre.Este punto lo enriqueció el maestro Jorge Alfaro compartiendo que: las evaluaciones técnicas, como están legisladas, más que servir como referencia para capacitar, actualizar y formar a los maestros, son una forma política de control para sacar del sistema a quienes sea incómodos. Me hizo recordar aquellos años de los 60´s y 70´s en donde nuestros legisladores, serviles como la historia lo constata, definieron como delito la “Disolución Social”, que nadie sabía que quería decir, pero que el gobierno usó para meter a la cárcel a los liderazgos incómodos. Hoy se usa el concepto de ser “idóneo”, para definir al maestro apto, sin definir que es idóneo para una comunidad en la sierra con alumnos hambrientos o para ser maestro en un fraccionamiento Campestre o Country Club… ¡Así de sencillo!Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador