Ecosig, prohibidas en México
“Hacerle caso a los pend…”Uruapan, Michoacán, 25 de febrero del 2012Divertido el show que inició quién cobra como Presidente de México y trabaja como promotor de campaña, al mentir señalando a Josefina a solo cuatro puntos de EPN.La única respuesta racional y a la altura del chaparrito, peloncito y de lentes vino del mismito Peña Nieto, quién simplemente dijo: “Que cambie de casa encuestadora…” Y es que hacerle caso a los pendejos, es engrandecerlos”, reza el refranero popular. Aclaro, no soy fan de Peña Nieto ni escribo por encargo y es que del candidato del copete nomás no se me puede olvidar la burla a la justicia, al otorgarle impunidad a la “rata de dos patas”, el tío Montiel; como tampoco olvido su alianza con el “billetes” Moreira; sin embargo, en este asunto porcentual, se lleva las palmas exhibiendo al chaparrito, al tiempo que lo ignora.Una vez hecha la aclaración, regreso a la república amorosa para hablar del amor: Comentaba la semana pasada del libro “El Amor”, de Leo Buscalglia, que llamó mi atención el hecho de que en el prefacio del libro, al introducir en el tema del amor, tocara el tema de la educación y sobre ello comentara: “…La persona que ama aborrece el desperdicio: el desperdicio de tiempo, de capital humano ¡Como perdemos el tiempo!, pareciera que fuéramos a vivir para siempre.” Y sí, uno de los grandes defectos de los humanos, es desperdiciar el tiempo y con ello, tirar parte de nuestras vidas por la borda.Partamos de una realidad descrita por Buscaglia: “En la actualidad, los niños son más despiertos que antes.” Esto viene a colación, porque estoy convencido de que en Uruapan, en Michoacán y en México, tenemos que hacer cosas extraordinarias con personas ordinarias pero excepcionales ¡Así es!, estimado lector, tenemos que hacer cosas extraordinarias para sacar adelante a nuestro México y la tarea nos toca a personas como tú y como yo, gente del montón, gente normal, gente común y corriente… Esperar que surjan próceres o héroes nacionales que den rumbo al país, es ser ilusos; las soluciones tienen que surgir de nosotros, los ciudadanos, no de los políticos, no de los gobernantes; por una simple razón: ellos tienen menos prisa que nosotros para cambiar las cosas, porque ellos están a todo dar con el desmadre.Lo sé, me vi positivo diciendo que tienen menos prisa, cuando da la impresión de que no solo no tienen prisa, sino de que trabajan contra corriente para no resolver los problemas, porque los problemas les traen beneficios. Pero no, ni soy necio ni soy ingenuo, simplemente creo que, a partir de que los políticos y gobernantes también son ciudadanos, padres de familia y mexicanos, mi apuesta es a que despierten o más bien a que con un empujoncito de la sociedad ¡Despierten!, y empiecen a trabajar por y para México…Una vez clarificado que la tarea nos toca a los ciudadanos de a pie ¿Por dónde empezamos?, mi propuesta: por educar bien. Y procedo a narrar un cuentecillo contado por Leo, para iluminarnos: “Escuela de animales.”“Cierto día los animales se reunieron en el bosque y decidieron formar una escuela. Había un conejo, un pájaro, una ardilla, un pez y una anguila; los cuales formaron el Consejo de Educación. El conejo insistió que el correr formara parte del programa escolar. El pájaro que el volar se incluyera en el programa. El pez que la natación estuviera incluida y la ardilla que el escalar árboles. Así se incluyeron todas las disciplinas y se redactó el Programa Escolar. Después establecieron que todos los animales tomaran todas las materias.Aunque el conejo obtenía una calificación de 10 en correr, el escalar árboles representaba un verdadero problema y continuamente se caía. Muy pronto pasó a sufrir una especia de daño cerebral y ya no podía correr. Pronto se dio cuenta que ya no sacaba 10 en correr, sacaba solo un 6 o un 7 y por supuesto seguía sacando 5 en escalado de árboles. El pájaro a su vez, era maravilloso para volar, pero cuando trataba de excavar en la tierra, no lo hacía muy bien. Así se rompió el pico y las alas y pronto estaba sacando 6 en volar. De escalar árboles ni se diga, siempre reprobaba.La moraleja de la historia se encuentra en quién fue elegida, al final, como representante del grupo: La Anguila, una retrasada mental que hacía todo a medias. Sin embargo, los educadores estaban contentos porque tomaba todas las materias, incluida natación…”Me parece que Buscaglia nos da un camino; empecemos por educar amorosamente y con pasión a nuestros hijos, después implementemos un modelo de educación que tome en cuenta la individualidad y las características de cada niño y finalmente, impulsemos a cada niño en sus capacidades, no les frustremos en sus carencias. Ojo ¡No hay niño tonto!, hay padres y maestros limitados ¡Eso sí! Enseñemos a cada niño a ser lo que puede ser, para que no sean ni lumpem´s, ni “nini´s”, ni delincuentes y enseñémosles a amar al prójimo,… como a ti mismo ¡Ese es el camino! ¡Enseñémosles a amar y a amarse!Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador