Libros de ayer y hoy
“El arte de gobernar IX”Las buenas intenciones y la capacidad del gobernante se irán al traste si no se cuenta con un equipo de trabajo (de gobierno), capaz, honesto, comprometido y generoso…Antes gobernar era relativamente sencillo, se tenía la autoridad y el derecho sobre vidas y haciendas de los gobernados, además, en una complicidad todavía no suficientemente explicada, se tenía el derecho divino, es decir, el Rey o Faraón lo era por derecho que le venía del cielo, de la deidad, lo que convirtió en cómplices de fraude a muchas religiones y obvio, en un excelente negocio; pero ese no es el tema, el tema es que en las sociedades agrícolas del pasado, el eje de un buen gobierno estaba en producir suficientes alimentos, ya que los pueblos la pasaban más o menos bien si tenían para comer, y para ello, el soberano no requería más que de un buen bufón que hiciera divertido el arte de gobernar y que a la vez, con su sarcasmo, enfrentara al soberano con sus propia actuación ayudándolo a poner los pies en la tierra, es decir, mostrándole el lado injusto o equivocado de algunas de sus decisiones, y un Primer Ministro para aconsejarle y para apoyarle en algunos asuntos.Gobernar en estos tiempos es otra cosa, es algo complicado, el tiempo que se tiene es realmente corto (tres o seis años), se hereda normalmente una inercia ajena al interés del buen gobernante, suponiendo que este exista, y dada la complejidad de la sociedad moderna, tiene muchos asuntos y de diferente índole que atender: desde temas económicos, hasta asuntos de justicia, seguridad, desarrollo, finanzas, educación, cultura, cuidado y preservación de los recursos, hasta asuntos patriarcales y filantrópicos,… más ese enredo que llamamos política y que tiene que ver con lidiar con diferentes sectores de la sociedad, organizaciones, intereses, enemigos, amigos, familiares, partidos políticos y otros poderes fácticos;… lo que hace imposible que un gobernante pueda atender solo los asuntos de gobierno y se vea en la necesidad de ayudarse y apoyarse en supuestos conocedores de cada tema en lo que hoy llamamos equipo de gobierno o gabinete, que en México conformamos como Secretarías… Lo que nos lleva al tema central del presente artículo: si el gabinete no se constituye con las personas idóneas, con las capacidades adecuadas; al margen de la capacidad y compromiso del gobernante, su desempeño va a cojear en aquellas áreas de gobierno no donde los responsables no tengan la vocación de servicio y la capacidad técnica o las habilidades y actitudes necesarias para actuar en función del interés general, es decir, del interés y en beneficio del pueblo… Lo que me conduce a compartir contigo, estimado lector, las reflexiones que sobre el tema expresó mi confidente y amigo, Faustino Castro, fundador de la Universidad de Zamora: “En la conformación del equipo, ahí está la respuesta estimado Santiago. El ‘problema’ somos quienes integramos la sociedad en la que vivimos, por eso la solución es la toma de conciencia, de cada uno, del valor de sí mismo, y vivir lo que se haya descubierto:… por eso se precisa una tarea personal de convencer a quienes estén cerca, o lejos, del valor de sí mismo, hasta que con sencilla y honda naturalidad a ese otro ser humano le importe más cada persona, cualquier persona, sin excepción, que las ‘cosas’ o ‘aconteceres’ que le rodean o que suceden, y así viva con terca naturalidad . . . amando y –después– siendo amado; ésta es una labor ‘hormiga’, después ‘lo demás’ (¿cuándo? ¡Qué sé yo cuándo!) vendrá por añadidura.”De siempre ha llamado mi atención el énfasis que Faustino pone en el “amor” como esencia y objetivo del vivir, no hay que olvidarlo. En lo personal no tengo duda, estoy convencido de ello, por ello en “El arte de gobernar VII” enfatizaba: “No imagino un mal gobernante, deshonesto o incapaz, si ama a su pueblo.” Sin embargo, este asunto del amor al prójimo y a la vida va más allá, pero como señala Faustino, debemos de tomar conciencia de ello, educar en función de ello, vivir en lo cotidiano con ello y conformar organizaciones y gobiernos en función del amor, de la capacidad de amar que no solo nos es natural, sino que es lo que da sentido a nuestra existencia. Es por ello imprescindible que al hablar de “El arte de gobernar”, no solo reconozcamos la necesidad de un equipo o gabinete que apoye al gobernante, sino que en adición, reconozcamos la necesidad de que los elegidos sean las personas adecuadas y no solo en lo técnico, en la honestidad, en la capacidad o el compromiso, sino que en su perfil y dentro de su naturaleza y forma de conducirse, este presente y claro el amor por su pueblo… Solo así, empezando por la cabeza, podremos construir una sociedad sana en donde las relaciones entre las personas y con sus gobernantes, no sean de poder, sino de colaboración y ayuda sustentada en el amor al prójimo, para así reconstruir el tejido social para darle viabilidad a un México diferente… ¡Así de sencillo!*Escritor y soñador