?El arte de educar?
Uruapan, Michoacán, 11 de agosto del 2012Si sacas más de ocho de calificación, dice el padre al hijo, te compró la moto que quieres…En los artículos de finales de julio y principios de agosto: En “Padre rico, Padre pobre”: cuestioné el educar solo para acumular riquezas. En “Perro rico, Perro pobre”: enfaticé que nuestra naturaleza es de servir y vivir para amar. En “El Dilema”: expuse que, contrario a nuestra humana y projimal naturaleza, construimos un entorno donde prevalece la Ley de la selva; en lugar de que el fuerte oriente, ayude y guíe al débil para tener un desarrollo social justo e igualitario. “Alberto Carrillo una opinión compartida”: es un artículo donde coincido con el Sr. Carrillo en la necesidad de ser razonables y racionales para invertir en universitarios. Y en “Orden natural”: enfatizo que la realidad es que las personas no somos iguales, ni en capacidades, ni en habilidades, aunque debemos tener los mismos privilegios y el derecho todos, a vivir dignamente con el fruto de nuestro trabajo.En esos artículos puse énfasis en la coincidencia con Don Alberto Carrillo respecto a la necesidad de ser selectivos en las universidades respecto a la admisión, es decir, respecto a quienes se apoyará desde el Estado para que sean profesionistas y por ende futuros líderes en México… ¡No!, el ideal no es que todos sean doctores o egresados con maestría o licenciatura (además es imposible que todos tengan la capacidad para estudiar una licenciatura), ninguna sociedad humana funcionaría eficazmente así; tampoco si todos fueran doctores, licenciados o ingenieros; la sociedad necesita de las capacidades en diferentes áreas y disciplinas y de las diferentes habilidades de sus ciudadanos, como necesita de diferentes roles sociales; desde el líder que orienta, hasta el seguidor leal y eficiente. Imaginemos la construcción de una casa en donde todos los trabajadores son ingenieros civiles, ¿quién pondría los ladrillos?, o en el otro extremo, que todos sean albañiles, ¿quién diseña y dirige?; o recordemos el experimento michoacano en tiempos de Lázaro Cárdenas Batel, en donde se pretendió convertir a los agricultores en agroindustriales, con lo que se generaron conflictos, se desperdiciaron recursos, se satanizó al agricultor como de menor rango social y se construyeron mini agroindustrias (Centros Integrales de Transformación Agroalimentaria –CITA-), ineficaces, con dispendio económico y mal construidas, pero principalmente, inoperantes por el conflicto de liderazgos derivado de intereses personales y de querer convertir, contra su vocación, a productores en agroindustriales.Zapatero a tus zapatos parece ser le lección, por lo que valdría la pena que cada uno de nosotros y cada padre con su(s) hijo(s), reflexionara sobre: ¿De qué se trata vivir?, ¿Quiénes somos (cada uno individualmente)? y ¿por qué y para que existimos?…¡No!, no es que quiera filosofar ¡Ese no es el tema de hoy!, el tema de hoy es definir y decidir cómo educar a nuestros hijos… Por lo que pregunto: ¿cómo los vamos a educar si no sabemos ni lo que son ni para que nacieron?Una forma de afrontar el problema y de entender el proceso de educación de los hijos, puede ser, una vez comprendido lo que es ser persona y cuál es nuestra naturaleza en el servicio y el amor al prójimo, partir de: ¿Que consideramos sería lo mejor para ellos?, por ejemplo; si el objetivo fuera: ¿Cómo convertirse en una buena persona? Para ello deberíamos definir los que es una buena persona (Responsable, honesta, veraz, trabajadora, humilde, solidaria, etc.) y después el camino que hay que recorrer y lo que hay que aprender (o enseñar) para convertirse en una buena persona. Una vez definido esto, quizás lo que deberíamos hacer para lograr el objetivo, sería preguntarnos en cada acción o decisión: ¿Esto ayudará a mi hijo(a) (o a mi) a convertirse (convertirme) en una buena persona?… Con esta tarea de preparación, aprendizaje y análisis ya estaríamos en capacidad para saber si, ofrecerle una moto si cumple con lo que es su obligación, estudiar, le ayuda o le perjudica, o lo convierte en una mejor persona o en un mercenario; ya con la respuesta, se toma la decisión.Después de hacer la tarea, el camino de educar a los hijos es sencillo, primero sustentado en el diálogo amoroso y responsable, después, en cada acción o decisión a tomar, nos hacemos la pregunta: ¿Si premio le ayudo a ser buena persona?, si la respuesta es sí, premio, si la respuesta es no, no premio; ¿Si castigo a mi hijo le ayudo a ser buena persona?, si la respuesta es sí, castigo, si la respuesta es no, no castigo. ¿Si le doy una moto a cambio de su esfuerzo en estudiar, lo voy a hacer responsable y buena persona?, si la respuesta es sí, doy la moto, caso contrario, pues no… ¡Así de sencillo!Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador