Poder y dinero
En el Foro de Davos, Enrique Peña Nieto describió su propuesta económica como “Capitalismo Social”.Cito a Wikipedia: “El capitalismo es el orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción.En el capitalismo los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la división del trabajo, con el propósito necesario del beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden de fines dentro del marco de una cooperación mediatizada por el mercado La distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son determinados por el libre mercado, la oferta y la demanda entre productores y consumidores.”Hasta aquí todo bien, está probado que los individuos y las sociedades florecen cuando el modelo se sustenta en la libertad, que no en el libertinaje que hoy vivimos, pero, añadir al capitalismo el concepto social me confunde, ya que lo social es todo lo relativo a la sociedad, es decir, el término social no dice nada, nada define y a nada compromete. Bien haría el candidato a presidente en leer algunas cosas, cuando menos el diccionario y así me evitaría el pretender interpretarlo; es decir, ya de mi cosecha: “imagino” que Peña Nieto quiso expresar que el capitalismo que él propone tiene un tinte socialista y un rostro humano, entendamos entonces lo que esto significa; el diccionario de la Real Academia Española define el socialismo como: “El sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes.” ¡En la torre!, si esto quiso decir Enrique, entonces su propuesta se parece mucho a la que interpreto del discurso y actitudes de López Obrador y me pongo a temblar, una intervención del Estado (socialismo) dentro de un modelo capitalista a la mexicana, nos va a remitir a los viejos vicios del PRI, los de una casta de empresarios beneficiarios del sistema y financiadores de campañas, que se inclinan convenientemente ante el poder del gobernante y de la corte burocrática, para medrar en su beneficio a costillas del pueblo de México; esquema que modernizaron con eficiencia los gobiernos panistas de Vicente Fox y de Felipe Calderón, con una variante, no sabían los que hacían… Excepto enriquecerse en forma cínica y rematar con un monumento a la corrupción e impunidad, La Estafa de Luz… ¡Perdón!, la Estela de Luz.En otras palabras, en ese afán de impresionar al público (y a los electores) con expresiones de sapiencia (ausente), los candidatos prometen todo y expresan babosadas, como la de un “Capitalismo Social”, cuya variante más visible con el capitalismo a secas, es que el gobierno (gobernantes, burócratas y políticos comparsas) se convierten en cómplices de una casta privilegiada, la de los dueños de monopolios nacionales integrada por inversionistas nacionales y extranjeros (apoyados por sus gobiernos), que se unen para lucrar con las riquezas nacionales con cargo a los mexicanos; es decir, los tranzas ganan y el pueblo pierde.Concretando, la noticia es que no hay noticia, lo que en mi opinión propone el candidato del PRI a la presidencia de la república en un foro internacional, como el de Davos en Suiza, es dar continuidad a un modelo que agrada y conviene a quienes, en tierras lejanas le escuchan: el de abrir las arcas de las riquezas nacionales a vivos y vivales disfrazados de inversionistas extranjeros (¿me escuchas BBVA?), para obtener una palmadita en el hombro y su aprobación para que el suspirante no sea vetado por los poderes fácticos de la política internacional.Concluyo, lo que en mi humilde opinión quiso expresar Enrique Peña Nieto, es que habrá continuidad con el modelo económico Neoliberal, a pesar de que ha probado, no solo su inmoralidad e indecencia, sino su inoperancia que lo ha conducido a la quiebra, económica y social en todo el mundo… Aquí si cabe la expresión “social”, ya que la caída del modelo Neoliberal afecta a todo lo relativo con la sociedad, desde la economía familiar, pasando por la no educación de ciudadanos, hasta el deterioro en los valores de respeto, verdad, projimidad y honestidad que deben caracterizar a una sociedad sana. Hoy, para sobrevivir, nuestros hijos se deben convertir en cínicos depredadores para, desde la trinchera del abusador (empresario, guía espiritual o político) o la del criminal (ladrón, narco, sicario o extorsionador), salir adelante. ¡Por supuesto!,… salvo honrosas excepciones.Santiago Heyser BeltránEscritor y soñador