Libros de ayer y hoy
La manifestación en contra de Fausto Vallejo Figueroa por parte de los integrantes del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE), podría señalarse que fue excesiva, incluso el propio líder de esa organización sindical, Antonio FerreyraPiñón afirmó que se salió de control la protesta, sin embargo, más allá de lo que le dijeron al administrador de Casa de Gobierno, el evento muestra el rechazo de la clase trabajadora hacia su persona, deja evidencia de la inoperancia y la falta de sensibilidad política para querer resolver los problemas que aquejan a la entidad.
Durante la campaña electoral del 2011, el PRI y en especial Vallejo, fueron grandes beneficiarios de la alianza política que tuvieron con el STASPE para obtener ese voto corporativo, Ferreyra se encargó de denostar y atacar de manera permanente al gobierno de Leonel Godoy, esto bajo la tutela del polémicolíder transportista, Trinidad Martínez Pasalagua. Fausto fue recibido por el STASPE con suma alegría, la gran mayoría de sus agremiados se volcaron a hacer campaña en su favor, les prometieron gobernar con ellos, pero hoy queda claro que los engañaron, les mintieron y los traicionaron.
La molestia de los agremiados sindicales se notó desde el inicio de la administración, no los tomaron en cuenta para ocupar cargos, se quedaron sentados viendo como llegaban junior´s sin experiencia a sentarse en los departamentos, subdirecciones, direcciones, subsecretarias y secretarias, sin el ánimo de trabajar, sino a hacer jugosos negocios personales y familiares.
Como cualquier trabajador del país, los empleados del gobierno demandan mejorar sus condiciones laborales para poder satisfacer al menos su necesidades elementales, por ello en el pleno ejercicio del derecho de huelga y ante la negativa del dialogo, el STASPE determina ejecutar ese recurso para exigir el cumplimiento a sus demandas, mismas que son más que correctas y necesarias, no sólo para ese sindicato, sino para el resto de la clase trabajadora, que día con día sufre del aumento de precios de la canasta básica, energéticos e impuestos, derivados de las reformas impulsadas por Peña Nieto.
Como muestra de la poca sensibilidad de la clase gobernante, Fausto Vallejo determina enfrentarse jurídicamente al sindicato que en campaña lo apoyó, claro que con el conocimiento de la ventaja que tiene por ser el presidente del Tribunal de Conciliación y Arbitraje un empleado más del vallejismo, quien ya le rindió buenas cuentas a su jefe, declarando inexistente la justa demanda de los trabajadores del ejecutivo.
La relación del STASPE con Vallejo hará más complicada la administración pública, la inoperatividad gubernamental aumentará desmedidamente por no tener los de por sí disfuncionales funcionarios estatales el respaldo de la clase trabajadora, quienes en la mayoría de las ocasiones son los que realizan el trabajo.
La manifestación en contra de Fausto, es la muestra de la gran caída de su popularidad, ya no es el gobernante querido que fue cuando paso por la alcaldía moreliana, ya no es el político bonachón al que los morelianos le pusieron su esperanza para gobernar Michoacán.
Vallejo dista de ser el político que fue antes de llegar al gobierno estatal, hoy es un sujeto que prefiere la confrontación en lugar del dialogo y del ejercicio de la política, hoy es repudiado por gran parte de la sociedad michoacana, sólo sus empleados, los diputados locales y federales del PRI en Morelia lo defienden, hoy sólo los que le deben lo protegen, pero a los que él les debe los desprecia, y en el caso de los empleados que lo enfrentaron, incluso les presentará denuncia penal.