Política gourmet
Este ciclo escolar 2013- 2014 está a punto de terminar, en donde hasta el momento en Michoacán, donde aún con toda la casuística dada durante este periodo hemos visto un balance positivo respecto a ciclos anteriores, ya que se ha disminuido el ausentismo producto de marchas y plantones y se ha trabajado en los aspectos normativos en torno a cimentar las bases de un mejor sistema educativo.
Ciertamente el próximo ciclo escolar habrá también diferencias respecto a éste, ya que para entonces deberá de estar armonizada e implementada casi a totalidad la reforma educativa en la entidad. Por ejemplo, ya no deberá de haber trabajadores de la educación que cobren un salario como tales pero que en realidad realicen actividades de nulo impacto en el desarrollo educativo estatal. Está fundado normativamente que prontamente esta clase de fenómenos ya habrán desaparecido de las fosas abisales de un oscuro océano de recursos educativos que está cada vez iluminándose más.
El asunto en la implementación es que no debemos llanamente obedecera los mandatos que imponen las reformas educativas nacionales, sino que debemos realizar un esfuerzo adicional para lograr que existan los elementos que brinden los matices necesarios para que en Michoacán se logren resultados de alto impacto a corto plazo en el tema educativo. Lo anterior no solamente por normatividad, sino porque en Michoacán se requiere recuperar el tiempo perdido rápidamente. Por ende, la reconciliación será clave en el sistema educativo. Lograr generar un pacto por la educación michoacana con todas las voluntades y recursos de los actores intervinientes es inaplazable.
Es importante asumir que las condiciones del sistema educativo michoacano han cambiado y hay que adaptarse, por lo que se requieren acciones que catalicen la necesaria transformación educativa. Por ejemplo, si vimos recientemente darse la mano a los líderes de los grupos de autodefensas en Tierra Caliente en presencia del Comisionado Alfredo Castillo, ¿por qué no pensar en un pacto SNTE-CNTE y demás expresiones sindicales en donde se privilegie la atención educativa a la niñez michoacana en franco equilibrio con los derechos laborales de sus agremiados?Más aún, si los grupos de autodefensa ya entregaron y registraron sus armas, por qué no considerar que se deponga la beligerancia al interior de la Secretaría de Educación en el Estado y sus consecuencias, que se reflejan en la formación que reciben dentro y fuera de las aulas nuestros hijos. En ese tenor, sería muy positivo acordar un pacto contra la corrupción en la educación en donde funjan como observadores internos los propios miembros de los sindicatos.
Sin embargo, no toda la responsabilidad recae sobre los sindicatos ni sobre las autoridades educativas; todos podemos cooperar a que evolucione el sistema educativo michoacano más rápidamente. Los académicos e investigadores requieren redoblar esfuerzos, ya que desde todas las áreas del saber es plausible contribuir al desarrollo educativo estatal, ya que de él se nutren en múltiples ámbitos.Más aun, cámaras empresariales y agentes económicos del estado deben colaborar en la reconstrucción del sistema educativo estatal. Particularmente en lograr hacer rendir los recursos destinados a infraestructura y equipamiento escolar, que es una necesidad que solamente podrá resolverse con un esfuerzo sistémico.
Por supuesto, los padres de familia tenemos una tarea enorme, ya que podemos ser el factor decisivo en ámbitos como la reprobación, deserción escolar, eficacia y permanencia escolar, así como en la participación organizada en los consejos escolares de participación social y asociaciones de padres de familia. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a dar más por la educación de nuestros propios hijos?
No lo olvidemos: el bien mayor e inconmensurable es el derecho a aprender de los niños y jóvenes michoacanos. Con ese tamiz es que se pueden cernir las posturas divergentes y conciliar para transformar la educación estatal en el corto plazo.
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