El día de ayer, en el Palacio Municipal de Morelia, se celebró el evento de entrega de la marca colectiva “Ate de Morelia Región de Origen”, por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial a los productores de la capital del estado, cuyo signo distintivo otorga el monopolio de explotación del nombre y de la indicación geográfica a los productores originales.

 

Como ya lo he mencionado en otras entregas, el tema de las marcas colectivas no es nuevo, se trata de una política pública diseñada e impulsada por el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel y fortalecido con Leonel Godoy Rangel a través de la secretaría de Desarrollo Económico y la Casa de las Artesanías, misma que tuvo como objeto proteger los nombres de los productos locales y garantizar su uso exclusivo y explotación para nuestros productores, aunado que se convierte en una herramienta para garantizar calidad y autenticidad en virtud de contar con reglas de uso que bien pudieran ser normas oficiales mexicanas (como ya sucede con el queso Cotija), además de facilitar la promoción de los productos y sus lugares de producción.

 

La política pública también incluyó la protección de productos bajo la figura de la denominación de origen, contando Michoacán con tres de ellas, Tequila, Charanda y Mezcal; a la estrategia debemos sumarle la certificación de saberes artesanales de los productores de las marcas colectivas que se inició en 2010 en el ICATMI, con la que se reconocía y certificaba el oficio de manera individual en base a las propias reglas de uso, lo que se convirtió en un acto de justicia social hacía nuestros maestros artesanos, ya que por fin lograron obtener un documento oficial de un instituto educativo que les reconocía sus saberes y habilidades.

 

Se trata pues de una estrategia integral, misma que hasta el día de hoy es presumible a nivel nacional, Michoacán es la entidad con más marcas colectivas y denominaciones de origen en el país, al finalizar el gobierno godoyista se contaban con 42 marcas registradas y una en trámite, además de ser el único estado que ha certificado a sus artesanos. Lamentablemente el gobierno de Fausto Vallejo Figueroa y ahora el de Salvador Jara Guerrero, abandonaron la política pública, la federación no ha volteado a ver el tema, incluso sufren de falta de información (ayer afirmaron que Michoacán cuenta con 40 marcas colectivas, cuando en realidad ya existen 44 registradas), lo cual es lamentable porque esa política bien podrá ser nacional, como sucede en España, Francia, Italia, Colombia y Perú.

 

Afortunadamente desde la secretaría de Fomento Económico del municipio de Morelia, han entendido los beneficios de la propiedad intelectual, fue esa dependencia quien tomó el tema y decidió gestionar la marca para el Ate de Morelia, pero además ya inició el trámite para registrar una marca colectiva para el mezcal de la región de Morelia, lo cual resulta ser una innovación nacional, se trataría de la primer marca-indicación geográfica dentro de una denominación de origen, es decir, resaltar aún más las cualidades y calidades de una región específica que forma parte de una región general.

 

En hora buena por los productores del Ate de Morelia Región de Origen, es justo reconocer la política pública y su origen, reconocimiento también a quienes tomaron la batuta y se atrevieron a gestionar en los últimos tres años una marca colectiva para la entidad,además de iniciar una paraun mezcalregional de Michoacán.Finalmente es preciso señalar, queaún se puede hacer más, por ejemplo, proteger las berries michoacanas, enespecífico la zarzamora que es endémica de la región purépecha.