La segunda sesión del Sínodo
Este primero de septiembre el presidente Peña Nieto deberá dar su primer informe de gobierno de cara a la Nación y lo hará en un contexto en el que ya no se pueden manipular las cifras, cambiar las metodologías ni tampoco cooptar por completo a los medios de comunicación porque estos ya no están circunscritos exclusivamente al Estado de México. La cosa, ahora, está mucho más complicada.
Durante casi 8 años hemos sabido que el marketing político que siempre ha cobijado a Peña Nieto está relacionado con los supuestos resultados de su gobierno y con esa misma expectativa México comenzó el sexenio del regreso del PRI. Sin embargo, lo que en los primeros meses de gobierno fue llamado el momento de México, al día de hoy, un año después, no puede ser otra cosa más que una pesadilla. Peña Nieto está reprobado a un año de su gobierno porque no ha podido dar los resultados que prometió daría en lo inmediato.
Dos temas ejes de su campaña en los que empeñó su palabra: economía y seguridad.
En materia económica, las cosas no pueden ir peor. Los tres años anteriores al gobierno de Peña Nieto la economía del país creció en promedio 4.6 por ciento. En contraste, el primer año del gobierno de Peña Nieto la economía crecerá, si bien nos va 1.5 por ciento y si descontamos el crecimiento de la población en el año seguramente no estaremos creciendo en 2013. Pero ¿qué significa esto? Significa que en vez de generar entre 800 o 900 mil empleos anuales, como lo veníamos haciendo, este año solamente se generarán 350 mil. Significa que el rezago en materia de pobreza que nos dejó la crisis de 2009, que se pudo recuperar entre 2010 y 2012, volverá a aparecer. Significa que la economía mexicana ha dejado de ser atractiva para la inversión extranjera directa y que la bolsa de valores pierde en cada jornada. Significa que el peso se está devaluando día a día y que el tipo de cambio rebasa ya los 13.40 pesos por dólar. Significa que en vez de aumentar nuestras reservas, éstas han llegado a esfumarse en un solo día en montos de hasta 6 mil millones de dólares. Significa que la exportación de manufactura mexicana va en picada, solamente se salva la exportación del sector automotriz a los Estados Unidos pero que en los próximos meses caerá porque nuestros vecinos dejarán de manufacturar en México para hacerlo en su propio país y dar empleo a sus ciudadanos. Significa también que el gobierno mexicano ha caído en el peor subejercicio del gasto público de las últimas décadas, es decir, el gobierno por incapacidad no invierte con eficiencia y oportunidad el gasto público en aquello en lo que fue aprobado; significa, pues, que este gobierno no ha hecho su tarea y en su irresponsabilidad los que sufren los efectos somos los ciudadanos.
De otra parte, en materia de violencia, las cosas siguen igual. A pesar de que el gobierno se desgasta tratando de convencer de que la violencia en el país ha disminuido, sólo basta echar un vistazo a los medios locales para advertir lo que sigue sucediendo en casi todo el país. En recientes palabras de expertos de la Universidad Iberoamericana: “No hay cambio de viraje en la estrategia. Se siguen descabezando organizaciones. La orientación es la misma. Los operativos continúan de manera inercial, aunque ya no son cantados mediáticamente por las grandes televisoras. No hay diferenciación tajante. No la hay y tan no la hay, que no tenemos diferencia en los resultados”.
El gobierno es irresponsable al escudarse en que a penas van unos meses de su gestión, eso es falso. La verdad es que ya va un año de gestión y las cosas están peor que antes. El equipo de transición designado por Peña Nieto comenzó a tomar las decisiones trascendentales para México desde septiembre pasado: definieron el perfil que tendría el Paquete Económico 2013, en materia de seguridad y justicia establecieron sus prioridades y desde entonces lideraron las decisiones al respecto, quitaron y pusieron perfiles en la administración pública federal, comenzaron a tejer el llamado pacto por México, entre otras muchas decisiones trascendentes que el al día de hoy explican el por qué de la situación actual del país.
Hoy, el país está encendido. La gente está en la calle, se manifiesta en contra del gobierno y colateralmente la ciudadanía sufre los estragos de las manifestaciones. No comparto los métodos que utilizan los maestros de la CNTE para expresar su rechazo, sin embargo entiendo perfectamente que el actual gobierno no sólo menospreció la capacidad de movilización del magisterio, sino que su estrategia de negociación ha resultado fallida, en perjuicio de los estudiantes primero y ahora de la ciudadanía en general.
No caigamos en revanchismos, tampoco apostemos al fracaso de un gobierno, tal como lo hizo el PRI el sexenio pasado. Digámosle a Peña Nieto que está reprobado a un año de su gestión y exijámosle que dé finalmente el giro de timón que necesita el país porque si sigue tal como va el día de hoy los pronósticos no son buenos para lo que resta del sexenio.