Teléfono rojo
MANO NEGRA EN LA HUELGA. El pasado lunes los trabajadores municipales decidieron poner fin a una huelga que habían iniciado el primero de este mes. Desde un inicio se puso al desnudo que el movimiento fue inducido por el secretario general del sindicato. Desde ahí quedaron descubiertas las diferencias entre los líderes del gremio. Ahora se sabe que las confrontaciones fueron y siguen siendo agudas y que son parte de un conflicto entre dos grupos del gremio de los trabajadores municipales. Luego del conflicto, empezaron a flotar los intereses que influyeron en el movimiento, lamentablemente ajenos a los intereses y sin el conocimiento de los trabajadores. Va la versión de lo se sabe hasta el momento: Personas ajenas al gremio influyeron en el dirigente para hacer estallar el paro de labores. Por principio señalan a un regidor del PRI quien convino con el secretario general del sindicato en inducir estallar la huelga. Había la oferta de que una vez iniciado el paro habría apoyos en especie y con recursos sonantes.
El motivo es una añeja revancha política contra el alcalde perredista en la que nada tienen que ver los sindicalizados. Por conflictos al interior del órgano de gobierno municipal, a principios de este año el alcalde aprovechó su poder para despedir a una decena de “recomendados” de un regidor tricolor. Al paso de los días estas diferencias se acentuaron. Así llegó la revisión salarial entre sindicato y la administración municipal. Es público que la dirigencia del sindicato tiene dos corrientes: unos simpatizan y militan en el PRI y otros en el PRD. El secretario general está del lado del tricolor. Antes de la huelga, se fraguó el paro de labores por intereses ajenos a los trabajadores. De ahí el choque entre comisionados sindicales y el dirigente secretario general. El regidor en cuestión y el líder gremial se propusieron incitar a la huelga sin importar la oferta económica del gobierno en turno. Regidor y dirigente, ambos priístas, buscaban dos cosas en común: demostrar al alcalde que desde el seno del gobierno el PRI tiene fuerza y de paso, hacer notar los intereses de los dos personajes.
El regidor buscaba desquite por la afectación de sus intereses y por cuanto al dirigente sindical, iniciar su precampaña rumbo a sus aspiraciones personales de un cargo de elección popular en el próximo proceso con la plataforma tricolor. Hay otras dos cuestiones que unen al secretario general y al regidor priísta. Sin embargo, en plena huelga el ardid fue descubierto por miembros de la dirigencia sindical de simpatía perredista y surgieron fuertes reclamos al interior, lo que orilló a buscar inmediata solución al conflicto para aminorar y amortiguar las confrontaciones entre priístas y perredistas que están al frente de la organización de trabajadores sindicalizados. Desde un principio del conflicto en este espacio se hizo eco de las diferencias entre los dirigentes, solo que en ese momento no se apreciaban los verdaderos motivos de los desencuentros. Ahora están a flote las divergencias y resulta imprevisible donde habrán de terminar. Pero vale preguntar: ¿Hay más tricolores involucrados de mayor peso y poder político? Hay quienes así lo afirman y dicen que pondrán al descubierto la trama semi encubierta. Por lo pronto, la dirección sindical se encuentra fragmentada, con claros intereses personales de los líderes y que lamentablemente arrastran a los trabajadores para en conjunto dejar indefensa a la sociedad porteña. Se sabe que el incitador del paro de labores echó por tierra buena parte del liderazgo que había ganado a pulso antes de sentirse “deslumbrado”… HASTA LA VISTA