Escenarios nacionales
¿Y LAS RAICES? Felipe Calderón declaró la guerra a narcotráfico y fue precisamente Michoacán, su tierra natal, el lugar escogido para supuestamente soterrar un mal que a seis años de iniciar, lejos de exterminarlo, se ha recrudecido. Las más de las voces, muchas experimentadas, condenaron la política de Calderón aduciendo que en lugar de más violencia, se requería atajar las causas del flagelo generando más empleos, mejorar la educación y desarrollar el campo. Decían las muchas voces que con inversión estructural se “quitaba piso” a los narcotraficantes. A seis años de esa “declaración de guerra”, son escalofriantes los resultados por donde quieran verse. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social-Coneval-, pone al desnudo la verdadera situación social que padece nuestro Michoacán. Del 2010 al 2012, la entidad presenta un incremento en la pobreza en cifras absolutas. Ese organismo, oficial por cierto, indica que la pobreza es “significativamente” superior al promedio nacional con el 54.4 por ciento de la población, porcentaje que en el 2010 tenía el indicador marcaba el 54.7 por ciento.El estudio del Coneval arroja que el número de personas en extrema pobreza paso de 2.42 millones a 2.44 millones en dos años, es decir, entre 2012-2012. En ese lapso a la pobreza extrema se sumaron 20 mil michoacanos, ubicando a estas por debajo de “la línea del bienestar”.Pero esos números no es todo. El mismo análisis arroja que el número de pobres extremos también creció entre los dos años citados al pasar de 598 mil personas con ingresos debajo de “la línea” a 650 mil en la peor condición. En dos años fueron 52 mil michoacanos que se sumaron a las condiciones de extrema pobreza.El estudio oficial precisa que entre 2010 y 2012 indica que de cada cien personas, solo el 11 tienen acceso a los “niveles adecuados de bienestar”.En el aspecto de la educación los resultados no son mejores. En este aspecto, el Coneval pone al desnudo los rezagos en la educación y la califica como “situación severa”.Pone de ejemplo las proyecciones para el 2013 por parte del Consejo Nacional de Población-CONAPO-, y del INEA, estimando que en la entidad habría 3.17 millones de personas mayores de 15 años. De estos, casi 300 mil son analfabetas que no saben leer ni escribir. El Coneval señala que estas cifras representan el 9 por ciento del total de michoacanos mayores de 15 años, lo que coloca a la entidad en el quinto lugar nacional con ese indicador. El INEA por su parte expone que al cierre del 2012, había poco más de 580 mil personas en esa condición, lo que representa un 18.3 por ciento de los mayores de 15 años ubicando al Estado como el segundo peor en el país.Por cuanto a las personas mayores de 15 años que no concluyeron la educación secundaria, sumaban 775 mil 448, los que representan el 24.4 por ciento y eso ubica a Michoacán con el peor indicador del país.¿Y por qué echar mano de estas desalentadoras cifras ante la actual situación que vive nuestro Michoacán? Porque el actual gobierno federal está en la misma línea-¿estrategia?- que el antecesor sin atacar las causas sociales que los expertos suponen son raíces de los grupos delictivos. Yo agrego también una apreciación personal que diferencia las causas- efectos en el conflicto armado que se recrudeció con Felipe Calderón: ya poco se habla de narcotráfico, ya poco se sabe de cargamentos de drogas decomisadas, ya no se destruyen plantíos ni se destruyen laboratorios. ¿Pasos atrás o pasos adelante? ¿Qué terreno con sus causas y efectos ha recuperado el gobierno?La conclusión es que el gobierno, los gobernantes, no aceptan la realidad que mantiene a la sociedad en la desesperanza, que mantiene a los jóvenes en la necesidad de ingresos, en la necesidad de mejorar su calidad de vida y en la que por falta de oportunidades por parte de las autoridades, termina por aceptar la oferta que se le presente con el válido argumento de que “al fin estoy muriendo en la improductividad”. Contrario a lo que presumen las autoridades, el Coneval presenta datos precisos de la precarización del empleo en la entidad en el mismo último año. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo arroja que al primer trimestre del año pasado había poco más de 70 mil desempleados. A junio del mismo año, la cifra aumentó a más de 82 mil y al tercer trimestre del 2013, el INEGI elevó el monto a poco más de 91 mil desocupados en Michoacán. Eso indica que durante el año pasado, el número de desocupados creció el 29 por ciento.¿Qué tienen que decir los gobernantes a esta realidad?Las causas de esta cruda verdad no vienen del gobierno federal anterior, ni nacieron tampoco con gobiernos michoacanos perredistas. Es una situación ancestral pero no combatida con diseño por las autoridades sin importar procedencias partidistas. Sorprende la celeridad y la facilidad para que dos niveles de gobierno pacten acuerdos para enviar a miles de uniformados con millones de pesos en equipos para abatir una lamentable y condenable violencia nada circunstancial por cierto. ¿Cómo es que no logran pactar recursos para abatir las raíces que originan la pobreza y que es cuna y madre de actos delictivos?¿Cómo es que a más de cinco meses de que una tormenta causó estragos a la productividad, a la tranquilidad social y no llegan los recursos para reparar los daños?¿Por qué predomina la burocracia y corrupción en todos los niveles de gobierno y los gobernantes no hacen nada? ¿Complicidad institucional? También son causas de la irritación social y finalmente, ejemplos para obtener recursos que en algo les cambie la vida aunque sean víctimas. HASTA LA VISTA