Poder y dinero
Autoflagelación y autocomplaciencia política en Michoacán
Entre la autoflagelacion y la autocomplaciencia esta inmersa una gran parte de la clase política local.
No son pocos los integrantes de ese sector criticado, cuestionado, satanizado que carecen de rutas de navegación en uno de los periodos más aciagos de la historia de Michoacán.
Esta tarde en el auditorio de la secundaria federal 1 de Zitacuaro. tres legisladores subieron a la tribuna para darles una felpa verbal a sus pares restantes, a propósito de la designación de los presidentes municipales de Aguililla, Tacambaro y Lázaro Cárdenas.
Cristina Portillo, Selene Vázquez y Uriel López trazaron un escenario político cuasi apocalíptico.
Devastado, oscuro, ilegal, antidemocracia, bárbaro, ingobernabilidad, imposición fueron algunos de los términos que usaron por la metodología aplicada en los nombramientos de esos funcionarios municipales.
Impresionaba la pasividad con la cual la mayoría de los otros legisladores locales recibían la andanada de cuestionamientos.
Unos reían y otros del plano ignoraban cuando Vázquez, Portillo y Paredes -en forma separada y con vehemencia- acusaban que desde el Congreso del Estado salían decisiones que, lejos de llevar a la gobernabilidad, causarán más conflictos sociales.
Decenas de empleados del Poder Legislativo, periodistas que cubren esa fuente presenciaban sin inmutarse y con total desgano las pseudo catalinarias de los tres inconformes.
Una gran parte del auditorio -alumnos de la escuela secundaria federal 1 a la cual fue concedida la presea Suprema Junta Nacional Americana que desde este año entregara el Congreso- intentaba entender las causas del debate.
No fueron pocos los muchachos que de plano desaprobaron el clima de rispidez que se vivió por espacio de dos horas en el auditorio de esa institución, habilitado como sede alterna legislativa para darle curso a los festejos con motivo el 203 aniversario de la instalación de la SJNA en esta cabecera el Oriente de Michoacán.
Luego del debate, el escenario quedo listo para la sesión solemne y el arribo del gobernador Salvador Jara Guerrero, el comisionado Alfredo Castillo Cervantes y un cascada de miembros de los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo estatal y federal.
Otro de los recipiendarios, el gobernador y zitacuarense Víctor Manuel Tinoco Rubí, hilvano un discurso retrospectivo sobre la importancia de la instalación de la SJNA y ciertos paralelismo con la situación social, política y económica que se vive en México.
Sonó bien y algunos periodistas destacaron la frase de Tinoco Rubí cuando llamo a superar rencores y rencillas, como condición necesaria para todo proceso de reconciliación.
Importante planteamiento, pero con un alto grado de idealismo. El debate legislativo que le antecedió así lo confirma.
Es más, en el ambiente político michoacano cada día que pasa se agravan los sentimientos culpa y complacencia ante la situación critica que se afronta, pero con un ingrediente adicional: la multiplicación de voces que exigen el destierro de Castillo Cervantes y toda su legión mexiquense.
Pero, hasta el momento, ninguno de los demandantes ofrece propuestas, alternativas para restablecer el estado de derecho en una entidad que estuvo al borde del colapso por la incapacidad, sobre todo, de una clase política para preservar y consolidar una institucionalidad casi abatida por el crimen organizado.