Política gourmet
La perspectiva Trump
Tristemente, a los ojos de los mexicanos que viven en los Estados Unidos y de quienes lo hacemos en este país, la figura del excéntrico y racista multimillonarioDonald Trump se fortalece cada día al interior del Partido Republicano, al grado de que es un hecho prácticamente inevitable que el tipo será el candidato por ese partido a la Presidencia del vecino poderoso país en noviembre próximo. Lo anterior, muy a pesar de la visión de millones de estadounidenses, incluidos los militantes republicanos más influyentes, como podrían considerarse a los integrantes de la dinastía Bush, al ex candidato presidencial John McCain, a Mitt Romney, ex gobernador del Estado de Massachusetts, o a los contendientes de Trump por la candidatura presidencial, Ted Cruz y Marco Rubio, ambos de origen cubano, quienes lo ven como una amenaza para gobernabilidad estadounidense.
Sin embargo, el problema no se limita a los votantes republicanos . Trump se ha ido fortaleciendo como un candidato presidencial viableentre la población sajona más conservadora de ese país, y no solo entre los grupos de más alto poder económico, sino en amplios sectores de la población trabajadora (la llamada “working class”) y los sindicatos, identificados tradicionalmente con el Partido Demócrata estadounidense, que ven en los migrantes indocumentados, principalmente de origen mexicano y centroamericano (tanto a los que ya viven en suelo estadounidense como a quienes continúan buscando llegar a esa nación), como una amenaza a su estabilidad laboral y a sus empleos.
Este fenómeno, que también se da cada día de manera más intensa en los países europeos, aunque en ese caso fundamentalmente con los inmigrantes de origen africano y musulmán, tiende a polarizar a la población que habita los llamados países desarrollados, ya que ven a quienes llegan a sus territorios como invasores y potenciales usurpadores de sus derechos, olvidando e ignorando que las corrientes migratorias se dan normalmente a partir de naciones más pobres a otras más ricas, y en las que normalmente las primeras han sido también una fuente de riqueza, mediante el despojo y traslado de sus materias primas y recursos estratégicos, que ha resultado en beneficio y enriquecimiento de las segundas.
Sin embargo, esa interpretación de los fenómenos migratorios de bienes y personas no es algo que permée o vaya a ser asimilado fácilmente por los habitantes de los países desarrollado;, en este caso los estadounidenses. Por el contrario, todo hace suponer que el sentimiento anti inmigrante se verá fortalecido cada día más entre los habitantes del vecino país del norte en el corto plazo, y que la eventual candidata demócrata a la Presidencia estadounidense, Hillary Clinton, endurecerá también su discurso frente al fenómeno de la migración para vencer a Trump en la elección Presidencial estadounidense del mes de noviembre próximo.
Ante esa perspectiva, y aunque parezca utópico, urge que el gobierno mexicano no solo desarrolle un discurso coherente de defensa de quienes emprenden el éxodo de la pobreza en busca de trabajohacia los Estados Unidos, sino que se de a la tarea de diseñar una verdadera estrategia de construcción de oportunidades de trabajo y empleo bien remunerado para los jovenes mexicanos que cada día llegan a la edad laboral, y para quienes desde siempre han carecido de oportunidades de un trabajo digno, con todo lo que ello implica.