Escenarios nacionales
Nos hicieron de barro
Siempre creí que eso de que nos hicieron de barro no era más que una linda historia… ¡Pues resulta que es verdad!
Existen 92 elementos y a partir de ellos y en diferentes combinaciones se construyen todas las cosas, desde una gota de agua hasta una ballena, desde un árbol, hasta el ser humano. Es así como nuestra sangre contiene hierro, nuestros músculos carbono, y por todos lados tenemos agua formada por hidrógeno y oxígeno, además de nitrógeno, potasio y azufre entre otros elementos; consecuentemente, el cuerpo humano tiene en su conformación los elementos del barro, es decir, somos parte de un Universo en donde todo está conectado con todo a partir de un mismo origen, es así como en nuestra estructura tenemos genes compartidos con los vegetales y con los animales ¡Piénsalo! en un descuido tu tatatatatarabuelo fue el que dio origen al roble.
El punto es: si somos parte de un todo a partir de nuestra propia creación (no importa si crees en un Dios o eres ateo, no importa si eres budista o católico), el hecho es que todo y todos estamos conectados a través de este milagro que llamamos vida o existencia y que esta, en la forma que la conocemos va a terminar en un rato; porque tenemos que reconocer que si el Sol tiene cinco mil millones de años y la tierra cuatro mil quinientos y todo el Universo conocido un poco menos de catorce mil millones de años, los cincuenta o noventa que alcancemos a vivir como humanos son un pestañeo, una nada…
Ahora bien, si nuestra vida es un chispazo nada más en el tiempo del Universo y si este, como nosotros, va a desaparecer, a extinguirse, a morir; ¿qué sentido tiene la vida?.. Como diría Catón, está caón responder esa pregunta, ni siquiera cuando tenemos una sencilla propuesta de Faustino Castro (qpd): “Venimos a crecer”, es decir, en el tiempo que llamamos vida, tenemos la oportunidad de desarrollar todo nuestro potencial, siendo opción personal, desperdiciar el tiempo de vida y no hacer nada en ese sentido y así morir como nacimos, siendo solo un pedacito de carne que tuvo la oportunidad de convertirse en persona, pero que decidió no hacerlo.
¡Bien!, dado que esta caón responder satisfactoriamente la pregunta de: ¿por qué y para qué existo?, tratemos de verlo al revés volteado: ¿para qué no nací?: No nací para joder al prójimo, no nací para acumular riquezas a lo pendejo, no nací para emborracharme y enajenarme con drogas, no nací para ser explotado, no nací para corromperme, no nací para manipular a los demás, no nací para ser un pillo, no nací para hacer daño, no nací para engañar ni engañarme, no nací para ser abusador… Y así puedes, estimado lector, añadir los conceptos que quieras para tratar de concluir para que sí naciste y la razón de existir; mientras, hagamos un ejercicio juntos tratando de encontrar respuestas, ¿te parece? ¡Sale pues!: ¡Nací para servir! ¡Ah canijo!, a la primer propuesta que se me ocurrió ya me puse a parir chayotes (Parir chayotes es una expresión popular que denota un alto grado de dificultad en el evento, cosa de imaginarlo.) y es que: ¿si de verdad nacimos para alcanzar nuestro potencial a través de servir al prójimo, a la sociedad, al planeta?, las cosas adquieren un sentido fácil de comprender y encajan como pieza de rompecabezas, lo que nos permite dirigir nuestras acciones, es decir, pasar del pensamiento a la acción que finalmente es en lo que se convierte nuestra vida, en hechos, acciones, eventos que realizamos a través del tiempo para formarnos y conformar nuestro entorno, cada cosa que pensamos, decidimos y hacemos nos va definiendo y como esto sucede a través del tiempo, resulta que eso es vivir; y si vivir son las acciones de pensar, decidir y actuar, entonces no está tan difícil vivir, hasta tu lo puedes hacer, estimado lector, si lo piensas, te decides y actúas; es decir, la clave está en: ¡Despertar a nuestro propio potencial de razonamiento!, para, a través del pensamiento inteligente llegar a conclusiones que construyan mis convicciones que serán sostén de mis pensamientos, decisiones y acciones que finalmente conformarán mi vida, es decir, mi propio desarrollo durante el tiempo de existencia y en el que me gustaría cumplir con otro objetivo: ¡Ser feliz! Si aquí lo dejamos, por cuestiones de espacio, podría resumir la razón de mí existir en dos conceptos: 1. Servir y 2. Ser feliz. La pregunta que surge en este momento es: ¿se puede ser feliz a través de servir?, no lo puedo contestar con certeza, pero lo que sí puedo hacer es intentarlo y ver el resultado para tener la respuesta; si esta es afirmativa y a través del servicio alcanzo la felicidad ¡Ya la hice!, tengo ya un camino para seguir adelante con mi vida para que en el tiempo que me queda pueda alcanzar mi propia plenitud, mientras disfruto el proceso de eso que llamamos vivir siendo feliz,… en tanto llego al final de esta etapa y regreso a mi origen de barro… ¡Así de sencillo!
Un saludo una reflexión