Cárceles vacías: retos del Sistema Penal Mexicano
De la misma manera que con todas las corrientes sindicales que han invitado a Mexicanos Primero Michoacán a dialogar con el CEM sobre los temas educativos estatales, acudí a un par de reuniones, la última de ellas el 25 de abril de este año, en donde ambas organizaciones expusimos nuestra visión del estado de la educación michoacana y ante ello coincidimos en que deberían de estar presentes al menos cinco puntos legitimadores en toda lucha educativa de la sociedad civil y sindical, que fueron el respeto irrestricto a los 200 días de clases, asegurar el derecho a la educación de los niños y jóvenes michoacanos, reivindicar la imagen del maestro michoacano, rechazo total a las tácticas de presión beligerantes y que dañen derechos de terceros, restablecimiento y regulación de la vida sindical estatal. En todo lo anterior, me resultó evidente que Francisco Alejandro Flores buscaba unificar al magisterio michoacano, sin que me expusiera ni detallara a fondo sus razones, métodos ni intereses para lograr tal objetivo.
Con el citado contexto, resalta el hecho de que el líder del CEM modificó el equilibrio de fuerzas sindicales en la entidad, con un estilo original de realizar política gremial ante el cual generó polémica.
Por lo anterior y no dar paso a mayores especulaciones, es imperativo que esclarezcan las autoridades judiciales el asesinato de un líder sindical michoacano, máxime que el sector educativo está precisamente en estos momentos sumamente convulso, pleno de noticias polarizantes en prácticamente todos los ámbitos, ya que se ha convertido en el vórtice de la actividad política, social y económica estatal, ya que los intereses que se manejan en torno al sistema educativo michoacano son enormes.
Ello se refleja en las cifras estratosféricas que denotan el privilegio de administrar e influir en el destino de decenas de miles de millones de pesos anualmente, así como la afectación del destino laboral y académico de al menos tres cuartas partes de los michoacanos. Por ello es trascendental la labor policial en este caso que permita que la sociedad esté enterada al respecto y se castigue con todo el rigor de la ley a los responsables, máxime que en el sistema educativo michoacano hay muchas personas que se han posicionado públicamente al respecto y han recibido a cambio amenazas, asaz veladas, asaz descaradas, a través de llamadas telefónicas anónimas, correos electrónicos, campañas de odio en redes sociales, etcétera.
Es importante señalar que la violencia no solamente amenaza al sindicalismo, maestros ni a los estudiantes, sino a la propia autoridad estatal, ya que ésta ha emprendido una labor de eliminar duplicidad de plazas, de anular incompatibilidades de horarios y de implementación de reformas normativas federales, que de suyo someterán indefectiblemente al sistema educativo michoacano a un proceso de debate, negociación y construcción de consensos, escenario ante el cual, el peor error que podemos cometer los michoacanos es dejarnos guiar por pasiones y ambiciones, en donde cegados por la ignorancia y el interés personal, se ose ejercer el fanatismo en contra de los interlocutores. Con ello, se causará un daño mucho mayor a la entidad del que retóricamente se intentaría evitar. Sin embargo, el riesgo de que se desborde la exaltación está muy presente, ante lo cual es importante espabilar a las autoridades y exhortarlas en un frente común para que retomen la rectoría de garantizar a los michoacanos que sus derechos humanos estarán protegidos, mientras que se debe de realizar un pacto educativo por la eliminación de la violencia en el debate educativo.
Sus consecuencias las hemos padecido ampliamente y por referencia solamente a la nota roja, es innegable que el sendero de la lucha magisterial está marcado por la sangre de los abatidos durante ya un cuarto de siglo. ¿Cuántos muertos más costará lograr paz y unidad en el sector educativo en Michoacán? Hasta ahora, se cuentan por decenas los fallecidos en accidentes en carretera debido a la constante movilización de la CNTE, mientras que en contrapunto también existen denuncias de homicidios con móviles político-sindicales, como el de Misael Núñez Acosta, que no ha sido debidamente esclarecido.
Todo asesinato es una cobarde muestra de la incapacidad de debatir, de hacer prevalecer los argumentos y de dirimir las diferencias por los caminos propios del estado de Derecho. Tengamos en cuenta de que la espiral de violencia debe de dejar de alimentarse: ojo por ojo y todos terminaremos ciegos.
Descanse en paz Francisco Alejandro Flores Jiménez. ¡Ni un muerto más en el sector educativo michoacano!
Sus comentarios son bienvenidos en [email protected] y Twitter: @Erik_Aviles