México en la prensa internacional
Debemos decirlo: La solución de los problemas en Michoacán, rebasa la capacidad del Gobierno Estatal, se padece de impotencia institucional.
En otras palabras, ni Fausto Vallejo en toda su plenitud, ni el experimentado Jesús Reyna, podrán dar resultados a corto plazo en materia de reactivación económica y generación de empleo; mucho menos en cuanto a la inseguridad que permea todas las regiones de Michoacán.
El surgimiento y consolidación del crimen organizado, que desde hace tiempo debemos ubicarlo como un poder factico, se incubó a lo largo de años a partir del auto acotamiento de las instituciones. Se aplicó el principio “dejar hacer, dejar pasar”
Ni los tres poderes, como actualmente funcionan; ni los aparatos de seguridad anclados al pasado y más remotamente aún, los Ayuntamientos consolidados como el eslabón más débil de la cadena, generan confianza y certidumbre de futuro a los ciudadanos michoacanos.
Los síntomas, que se suele confundir con las causas, son las sistemáticas movilizaciones que lo mismo estrangulan actividades económicas, que abandonan las aulas en pos de privilegios económicos y laborales; escenas dantescas de fanáticos religiosos o cierre de la capital en sus cuatro puntos cardinales conocidos como “narco- bloqueos”; protestas – en un estado inseguro- por la presencia del Ejército Nacional y denuncias contra los abusos de la policía federal.
Las autoridades más cercanas, los Presidentes Municipales, sometidos a la ley de “plata o plomo”; endeudados; sin capacidad recaudatoria y por tanto incapaz de implementar políticas públicas, esperan lastimeramente las participaciones federales y/o estatales que generalmente se gasta en la nómina y no en obra pública. Cuando no, de plano algunos Alcaldes fuera de sus municipios por razones de seguridad.
El Pacto por Michoacán, degenerado en competencia de vanidades de los actores políticos de todos los espectros, busca imbricar los esfuerzos locales con la estrategia nacional, hasta ahora fallido.
Michoacán, no puede solo, debe recibir apoyo extraordinario del Gobierno de la República. Y para lograrlo debe dar evidencias de eficiencia financiera y administrativa; avanzar hacia mando único en las policías y demostrar en un tablero electrónico el ejercicio diario del gasto.
En meses pasados fuimos objeto de atención de la prensa internacional y del jefe de gabinete peñista, la crisis no fue aprovechada como una oportunidad para acordar con el gobierno federal declarar al estado como zona de especial atención.
Por todo ello, solo la fuerza que genera la dignidad y la vergüenza, que algunos servidores aún conservan, los empuja a acciones que buscan atraer la atención del Gobierno de la República para dar respuestas a sus gobernados.
Así debemos ubicar la huelga de hambre que ya arriba a los 6 días impulsada por el Presidente Municipal de Santa Ana Maya, el médico Ignacio López, en demanda de aumento al presupuesto de los Ayuntamientos.
Quizá luce aislado en su esfuerzo, desdeñado por algunos (ni el dirigente de su partido lo acompaña) empero, está dando un ejemplo de gallardía en la práctica política y auguramos que influirá en el paquete económico que discute el Congreso de la Unión.
En medio de la desolación que vive Michoacán, la huelga de hambre municipalista de Ignacio López, brilla con luz propia y más temprano que tarde, los 113 Ayuntamientos de Michoacán, tendrán que pronunciarse a favor de este. Es por su propia viabilidad y una forma de salir de la impotencia institucional, que hoy paraliza a los gobiernos locales.