Libros de ayer y hoy
Mis dos lectores, como diría Catón, preguntaron mi opinión sobre la reunión México-USA.
En mi opinión, no fue una reunión, fue una junta a la que fue citado Enrique Peña Nieto para recibir instrucciones de parte del, ese sí, Presidente de USA, Barack Obama.
Y es que no me puedo quitar de la cabeza que el que cobra como Presidente de la República, es un simple ladrón, y sustento mi opinión: desde que hizo su mal llamada: “declaración patrimonial”, llamó la atención que objetos de valor fueran declarados como “regalos”; ¿Cómo que en este mi México de las corrupciones y los “moches”, un exgobernador del EdoMex me sale con que sí, tiene sus cositas, pero que estas fueron producto de lo buena onda que son sus cuates, parientes y amigochos; menos cuando es vox populi que la gubernatura, la heredó del tío Montiel, al que de todo se le puede acusar, menos de empobrecimiento inexplicable… ¡Perdón!, corrijo, no heredó la gubernatura, heredó la candidatura; ser gobernador del Edomex no fue obra del tío Montiel, si lo fue del gasto excesivo de una campaña bien planeada que hoy, a toro pasado, parece haber sido planeada para “construir” un Presidente de México desde la televisión… Pero me estoy saliendo de tema, el tema es la reunión México-USA y el perfil de quién hoy cobra como nuestro Presidente, y decía que su sorprendente “declaración Patrimonial” fue enriquecida con otro regalín: La Casa Blanca de 7 millones de dólares, con la increíble explicación de que este regalo, cuando menos el regalo del crédito, se lo hicieron a su esposa; como si eso fuera una buena respuesta, sabiendo como sabemos, que la primer estrategia de un político tranza, es poner “los regalitos” a nombre de parientes y compadres. Y digo que fue un regalo, porque ya hay declaraciones de un montón de artistas que señalan que lo que dijo haber ganado la hoy Primera cómplice, en mi opinión, pues nomás no es real y que el show de salir en la tele a decir que ella es buena onda y que a pesar de no tener chamba es sujeto de crédito,… pues nomás no habemos muchos que nos traguemos el cuento, menos cuando se niegan y digo se niegan porque salieron funcionarios públicos a dar explicaciones por los quehaceres privados de la primera dama (con minúsculas), argumentando que ella, al no ser funcionaria, no tenía porque hacer declaraciones ni dar explicaciones sobre ingresos y propiedades, olvidando ¡Oh detalle!, que hasta el maquillaje de la señora (con minúsculas) se paga con dinero público. Por cierto, ¿por qué si todo era correcto y transparente, canceló el crédito y regresó la casa la “señora” (con minúsculas)?, es pregunta.
Lo sé, estimado lector, te debes seguir preguntando que todo este rollo del Presidente ladrón y su pandilla, ¿Qué pitos tiene que ver con la junta de México-USA?, te respondo, que tiene que ver todo, ya que siendo del dominio público la posibilidad muy grande de que el mexicano sea un presidente (con minúsculas) ladrón, pues la cosa es bien sencilla para los gringos: Primero se tiene la certeza de que el ladrón va por su beneficio y le vale madres lo demás, por ello, dándole unas migajas, es posible que venda a la Patria. Segundo, es sabido que el ladrón necesita de “simular” ser útil, para lo que requiere de un espaldarazo de quienes, al “reconocerlo como Presidente lo legitimen; por lo que resulta barato para los güeros y morenos del otro lado, darle legitimidad al ladrón, juntándolo con su Presidente Obama para simular institucionalidad, mientras, en 15 minutos, se le dictan las medidas y acciones que debe realizar si quiere seguir recibiendo el espaldarazo que le dé legitimidad; por lo que “negociar” una Reforma Energética, incluidos procedimientos, reglamentos y leyes secundarias a modo de los intereses del capital gringo, es pan comido, más cuando se tiene un “congreso” (entrecomillado y con minúsculas) a modo de los intereses de quienes, teniendo la información, saben de qué pata cojean nuestros políticos, representantes, gobernantes y servidores públicos… ¡Así de sencillo!