Política gourmet
Hay líderes que buscan ganar la presidencia de la república y luego hacer coalición con otro partido para gobernar a los mexicanos. Pretenden que eso es la democracia, que en eso está el bien de México. Es necesario desentrañar la propuesta y descubrir lo que verdaderamente pretenden, sus intenciones apenas ocultas.En el diccionario leemos: coalición es una “reunión momentánea de potencias, partidos o personas en la búsqueda de un interés común” (de ellos). La verdad es que coalición es alianza de los partidos a espaldas de y contra el pueblo. Gobernar para los partidarios de la coalición significa poder, control y ventajas para los dirigentes. Cuando dicen “los mexicanos” quieren decir nuestros partidarios y compadres. Cuando los jefes dicen México quieren decir yo.La cosmovisión de la Biblia, es una sabiduría milenaria y divina, componente de nuestra cultura occidental. Ahí el gobernante es puesto por Dios para realizar su plan santo de vida plena para todos, debe proteger a los débiles y servir a los pobres.En buena lógica, coalición es un contrasentido, los funcionarios electos del ejecutivo y del legislativo necesitan, no la coalición, sino la unión en la misión y la tarea. Cuando son electos ya no pertenecen a su partido sino al pueblo. Deben estar esencial e íntimamente unidos por el servicio al Bien común y a la persona humana, superando todo interés particular. Eso no es lo que vemos en los países, con honrosas excepciones.Se ha perdido el ideal en los jefes, lo han cambiado por la ventaja oportunista y convenenciera. El hombre investigo de autoridad debe ser ante todo una persona grande y noble, como Moisés, el líder de los judíos. Esto implica que sean virtuosos en los hechos, en los discursos sí son héroes, santos, mesías. Deben tener grandeza de alma y ser libres de intereses oportunistas, así deben tener un rasgo que encarna Jesús de Nazareth: el desprendimiento de las riquezas materiales, la renuncia a la gloria, la capacidad de lavar los pies de los más humildes del pueblo y de gastarse en todo momento y de dar la vida como el Maestro, como Morelos y otros héroes más cercanos en el tiempo.Cuando lo que buscan es el poder, la gloria y la riqueza material, los dirigentes se corrompen como el vino tinto, pierden su verdad, su finalidad, se desnaturalizan, ya no tienen razón de ser. Termina su capacidad de conducir a la gran familia mexicana a alturas de progreso, bienestar, vida digna.Que los aspirantes al poder piensan muchas veces sólo en ellos y los de su bando, es una verdad que confirman los hechos y la larga historia de nuestra vida independiente y de más atrás. Basta un mínimo de inteligencia y de memoria histórica para ver cómo las promesas han quedado en eso, hay tantos próceres del servicio a sí mismos y a su grupo. ¿No conoces a muchos que se han engrandecido y enriquecido en la función pública?Un ejemplo que confirma a gritos lo que estamos afirmando es el papel que ha desempeñado la “oposición”, sistemáticamente están en contra del ejecutivo poniéndole obstáculos y cuidando ante todo su propio caudal político. Muchos opositores del presidente olvidan que los fracasos de un sexenio son obra del ejecutivo y del Congreso, del partido en el poder y de la oposición. La clase dirigente debe realizar un giro copernicano. Jesucristo, el Hijo de Dios, el más grande conductor de pueblos, lo llama conversión. Los aspirantes al poder deben renovarse en el corazón, ser personas de aspiraciones nuevas. Como piezas de una máquina de hierro deben entrar en el horno, fundirse y modelarse de nuevo. ¿Cómo hacer para ser gobernados por hombres nuevos que buscan el poder para servir sin ninguna ambición mezquina de mando, gloria y riqueza? Para el hombre puede ser imposible. Sólo el Creador puede tocarlos y cambiar su corazón de piedra por un corazón de carne. Los ciudadanos debemos ser exigentes con quienes buscan nuestro voto. Los creyentes de Cristo podemos pedir la intervención de Aquél que puede hacer de los hombres corruptos hombres nuevos. En todo caso, hoy es un día de esperanza inquebrantable, de generosidad en el compromiso para ganarnos la autoridad ideal, que sepa servir a los [email protected]