¿A quién se pretende engañar, señores diputados?

¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la nación mexicana, a esa patria que confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses……No, no crean que el párrafo inicial de esta colaboración va dirigido a los diputados Michoacanos, es el texto original que elaboro el Senador Belisario Domínguez solicitando la palabra en los convulsos días de septiembre de 1913 ante la posible disolución del Congreso que impulsaba el usurpador Victoriano Huerta y que a la postre costara la vida al Senador Chiapaneco.Sin embargo, les aseguro que el Senador perdió la paz de su sepulcro ante las nefastas decisiones que el Congreso Michoacano tomo el pasado jueves y por ello su discurso se hace vigente.Autorizar deuda para pago de “aguinaldos” y salarios sin la menor investigación de quién dispuso de esos recursos y en que se invirtieron, sólo con el argumento de salvar la “emergencia”, es contrariamente a lo que se proponen, ahondar las causas de la crisis y estrechar el margen de maniobra a la siguiente administración.Elegir a un nuevo representante de la Comisión Estatal de Derechos Humanos a cambio de “futuras posiciones” para diputados panistas, es una muestra por demás más agresiva de la partidocracia, del poder de los partidos y no de los ciudadanos a quién dicen representar.Convierten además, al organismo defensor por excelencia de los derechos civiles, en un ente burocrático más al que tenemos la obligación de sostener, pero que de antemano inspira desconfianza.En cuanto al nuevo titular de la Auditoria Superior de Michoacán, debo informar a todos ustedes, que aún no se publicaba la nueva Ley de Fiscalización cuando a la sazón el legislador perredista López Salgado irrumpió en una reunión de la Junta de Coordinación Política de la LXIX legislatura con 30 folders bajo el brazo para anunciar “voy a la nueva Auditoria y ya llevo las propuestas que nos corresponden (al PRD) apúrense o se quedan sin nada”Efectivamente, un día antes 27 de marzo del 2003, el Pleno había aprobado la Ley que daba lugar al nuevo organismo y lo dotaba de mayores facultades y autonomía de operación.López Salgado, quién presidia la Comisión de Administración del Congreso, fue el primero en mancillar la autonomía de tan noble instrumento al convertirla en una agencia de colocaciones y hacerla presa de intereses partidistas.¿Qué autoridad tiene el infractor para fortalecer a un órgano técnico encargado de contar con las cuentas claras de todos los recursos públicos en la entidad?¿Utilizar el nombre de Cuauhtémoc Cárdenas – de quién asegura, llevó sus cuentas de campaña en el 2000- como salvoconducto de inmunidad?¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional? Cuestiona el Doctor Belisario Domínguez en su carta que nunca fue leída en tribuna y si distribuida impresa en toda la ciudad “Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies”. Concluye el legislador Chiapaneco.En nuestro caso, el problema se reduce a que los Diputados cumplan simplemente con su obligación, ellos cuentan con la facultad de control sobre el Ejecutivo, ellos pueden investigar hasta el último documento de la Secretaria de Finanzas, de las dependencias operativas y deslindarlos de responsabilidades o bien sancionarlos y solicitar apoyos extraordinarios.En su lugar, aplican la “la ley del menor esfuerzo y de la mayor ganancia” para ellos, no para los ciudadanos, insisto. Finalmente y contrariamente a que los legisladores michoacanos apuestan al “olvido” en la memoria colectiva, les debemos recordar nuevamente al legislador Belisario Domínguez (para que rebasen su idea de que es una condecoración más) “El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano”Y seguramente el juicio de historia coloca a cada quién en su lugar.