La marea rosa y las encuestas
De conversa profunda y sonrisa sincera, ecuánime en sus opiniones y prudente en la forma del mensaje, Alberto Suárez Inda es por mucho uno de los personajes más influyentes del convulsionado estado de Michoacán y en las próximas semanas se colocará en el primer nivel de la jerarquía católica internacional al ser nombrado Cardenal.
Cuando Jorge Mario Bergoglio fue nombrado Papa millones entendimos el mensaje. La Iglesia Católica atraviesa uno de los momentos más difíciles de su historia. Los abominables hechos que lo vinculan con la pederastia, la corrupción en el banco del Vaticano y la pérdida de credibilidad en el mundo, jugaron a favor de esa designación.
La mano, el lenguaje y la estrategia del argentino nombrado Papa se empieza a sentir en diversos ámbitos de la vida pública internacional. El protagonismo que jugó en la reanudación de las relaciones EU-Cuba es sola una muestra del activismo del Papaoriundo de Buenos Aires.
En los primeros meses del 2014 el escenario de conflicto internacional se llamó Michoacán. Los ojos del mundo miraron con atención el surgimiento de las llamadas autodefensas como una expresión ciudadana de defensa legítima frente a la violencia. Nadie escapó a la llamada de atención de los protagonistas, los que habitan el Vaticano y en primer lugar, Francisco opinaron fuerte sobre el conflicto, también lo hizo Don Alberto Suárez Inda y la jerarquía católica en Michoacán.
En los próximos años, Suárez Inda jugará un papel central en el proceso de pacificación que la región requiere. Esa fue seguramente una de los motivos de Francisco para nombrarlo Cardenal, espacio privilegiado y reservado apenas para 207 personas a nivel internacional que hoy ostentan ese título.
Dicen los encargados de las estadísticas que en el mundo existen más de mil doscientos millones de católicos, lo que quiere decir que cerca de 17 de cada cien habitantes del planeta responden a la autoridad del Vaticano. Desde el río Bravo y hasta la Patagonia, la región latinoamericana, incluido el Caribe concentra a la mayor población católica del mundo. Pertenecen a esa Iglesia 42 de cada 100 latinoamericanos, solamente Brasil tiene 163 y México 100 millones de seguidores de esa Doctrina.
Ser ministro de culto en nuestro país no es una tarea sencilla. Ejercer el sacerdocio se ha convertido en una actividad altamente peligrosa. México ocupa el primer lugar en América Latina en asesinatos de sacerdotes. Es muy probable que el Arzobispo de Morelia haya sido nombrado entre otras cosas para atender de manera urgente la violencia y la persecución contra la iglesia católica en nuestro país y con especial atención en la región de tierra caliente de Guerrero y Michoacán.
Éste es nuestro país, un espacio geopolítico en donde prevalece la corrupción y la impunidad, ningún sector escapa a esos males endémicos y la iglesia no es la excepción. El Centro Católico Multimedial afirma que en los últimos 24 años han sido asesinados al menos 48 miembros de esa iglesia, el caso más reciente fue el del asesinato del padre Gregorio López Gorostieta, mejor conocido como el padre Goyo en el estado de Guerrero.
Don Alberto podría convertirse en los próximos años en un vocero auténtico de las víctimas de la violencia empezando por los propios miembros de la Iglesia.
Se puede leer en el código del derecho canónico, que los cardenales forman parte del selecto equipo que asiste al Papa en la conducción de la Iglesia universal. En las primeras horas del 14 de febrero de dos mil quince Don Alberto Suárez Inda será nombrado Cardenal por Jorge Mario Bergolio el Papa argentino de 76 años e iniciará con ello, una nueva etapa en la vida pastoral de Don Alberto. Esperamos su contribución decidida en la verdadera pacificación de nuestro querido Michoacán.