Los medios hoy/Camila Cienfuegos

-¿Y la presunción de inocencia?-

Hay una delgada línea que separa al periodismo del activismo político ¿Tomar parte o formar parte? ¿Juez y parte? ¿Denunciadores, condenadores y ejecutores? ¿Solamente informadores y opinadores?

Algunos dirán que el compromiso del periodismo va más allá de lo que solo pudieran manifestar en los medios de comunicación a manera de noticia pero ¿no es suficiente labor denunciar malas prácticas en la administración pública y demás actividades que atentan contra la democracia y la libertad?

A mi parecer, buena parte del trabajo periodístico se ha comenzado a desviar, a distorsionar en el quehacer y en el actuar. Ahora ya no es responsabilidad de los medios financiar a sus periodistas para dar cobertura a giras de trabajo “eso es responsabilidad del gobierno”. Las prestaciones laborales, seguridad social y vivienda son responsabilidad del gobierno, pero no del patrón. El gobierno se volvió responsable de todo. Ahora, la mala vida o muerte del periodista será culpa del gobierno.

No voy a dejar de lamentar la muerte del joven periodista gráfico, Rubén Espinoza y sus acompañantes, pero…el resultado de las investigaciones no dejará satisfechos a quienes han recurrido a una sola hipótesis y sin cabida para otra más: “el gobernador Duarte es el asesino”

¿Y la presunción de inocencia?

He visto con detenimiento parte del trabajo gráfico que dejó el hoy occiso y sin embargo, no encuentro una foto comprometedora, una imagen suficientemente aventurada y peligrosa como para que le haya costado la vida a Espinoza.

A partir del artero asesinado de Rubén, la revista Proceso no tardó en exponer en las redes sociales una portada –autoría del fotógrafo- en la que aparece el gobernador Duarte con gran barriga, dura mirada y cachucha de policía, y la titula: “la fotografía que hizo encabronar a Duarte”. Aun así no veo yo un trabajo gráfico por el que el periodista haya sido ultimado.

Y es precisamente la revista Proceso la que ha caído en el peligroso juego del linchamiento mediático que alguna vez le criticó a televisoras como Televisa y TV Azteca. Irónicamente es Proceso de los pocos medios que cuentan con un Código ético y normas generales para ejercer su labor, el cual se basa en el Código Europeo de Deontología del Periodismo y que en uno de sus apartados, dice claramente:

(los reporteros) “…respetarán la presunción de inocencia de los acusados y rectificarán las informaciones falsas o los errores cometidos a la hora de escribir”.

En otro párrafo dice: “Pese a que en México existe un sistema judicial inoperante, el reportero evitará realizar investigaciones con procedimientos policiacos y erigirse en juez…”.

¿No estamos cayendo en el juego de la revista Proceso que, con la calentura de la pluma ya tiene a un culpable sin existir aún la conclusión de una investigación?

Es claro que también existen antecedentes de agresión y amenazas previas a la muerte de Rubén pero… ¿lo sabemos únicamente por Rubén y la activista política o por otras fuentes?

No tengo yo información que me haga suponer que el periodista fallecido haya notificado a Proceso y Cuartoscuro de las amenazas que recibió por parte del gobierno de Veracruz. Es más… no hay información que nos indique que Proceso le haya brindado seguridad laboral a su “colaborador”.

Actualmente, ni Proceso, ni otros medios de comunicación en los que el hoy fallecido colaboraba se atreven a afirmar que Rubén formaba parte de su nómina de empleados. A caso como “colaborador” ¿cuánto le pagó Proceso por la foto de portada que hoy presume, fue la causa de su muerte? ¿Cuánto le pagaban por colaboración? La realidad es que los sueldos como “freelancer” francamente son una miseria, no son para vivir decentemente. Quizá como dinero extra. Entonces, ¿realmente Rubén se encontraba en el DF como “autoexiliado” o en busca de una chamba?

Hoy tenemos un periodista asesinado. Y una de las líneas de investigación tiene su origen a partir de una de las chicas que pudiera tener vínculos con el crimen organizado. La muerte de Espinoza y acompañantes sería entonces un “daño colateral”.

De todas formas, el resultado que llegue no va a gustar a muchos.

¡Buen miércoles para todooooooos!