Política al margen
Calladitas se ven más bonitas
(Y 10 cosas que el Chapo no hará)
Decía en mi pasada columna que algo está pasando en este país que a los malos se les pretende ver como buenos y a los políticos como malos. A los políticos no los voy a defender, pues en general nos han decepcionado por dos aspectos básicos: CORRUPCIÓN e IMPUNIDAD, ya sea por omisión, complicidad, malas prácticas o lo que sea pero, en general, son pocos los resultados positivos que nos han dado como representantes populares. Aunque también debo aclarar, como también lo he mencionado en anteriores columnas, que la democracia permite llegar a casi cualquiera al poder, así que, en buena medida, los representantes son un extracto de lo que somos como sociedad, así entonces, tenemos el gobierno que merecemos, la selección de fucho que merecemos, la policía que merecemos y hasta cantantes y actores que merecemos, como el caso de Susana Zabaleta, quien recientemente se congratuló por la fuga del chapo “es que ayuda a la gente”, repica la cantante el mismo discurso de la ignorancia, el de la falsa creencia que Robin Hood ha reencarnado en el Chapo, o por lo menos en Chucho el “Roto”.
Y no es solo Susana Zabaleta quien se ha mostrado gustosa por la fuga del infame criminal, tiempo atrás, la actriz Kate del Castillo incluso le escribió una carta pública al mismo Chapo y lo invita a “traficar con el bien”. Poco le faltó a la hija de Eric del Castillo declararle su amor al Chapo.
Desconozco qué pasa por la mente de estas faranduleras que consideran que los criminales como el Chapo son mejor que cualquier político, y entiendo que hay políticos que son criminales pero ¿el Chapo? ¿El mismo que en su haber criminal cuenta con la responsabilidad de asesinar o mandar asesinar a miles? (sí miles).
Entiendo que más de alguno me dirá “Pos Peña Nieto es piooooor”… y ahí está el problema, que en cada político, en cada gobernante, en cada representante popular tenemos a un “villano favorito”. Siempre tenemos a un político que es peor que el más infame de los criminales, y basta que el más brutal de los narcos reparta despensas o mande construir o arreglar una escuela con dinero sucio para que la sociedad lo ame, para que reafirme su odio al político y su amor al criminal, que dicho sea de paso, con estas “loables acciones”, ya no es tan criminal… digamos que más bien incomprendido social.
En algún momento leí la historia del legendario mariscal de campo alemán Erwin Rommel, quien durante la II Guerra Mundial no solo contaba con el respeto de sus tropas ante la astucia y eficacia de sus acciones, sino también el respeto mismo de los Aliados y que lo llevaron a ser llamado El Zorro del Desierto. Durante sus incursiones en el norte de África logró propinar severos golpes al desbalagado ejército inglés, cuyos soldados empezaron a adoptar y asimilar la palabra “Rommel” para referirse a un golpe de suerte o un acierto (“hiciste un Rommel”). Los mandos ingleses estaban preocupados por estos detalles que, aunque parecían insignificantes, implicaban serios riesgos para la moral de las tropas.
¿Estoy comparando al general Rommel con el Chapo? De entrada no hay nada que comparar, es solo que considero que en buena medida, los mexicanos estamos adoptando peligrosamente el término “Chapo” como algo positivo, antigubernamental, casi de caudillo de justas causas y eso… también implica serios riesgos para la moral de los mexicanos, y que ha llevado a muchos a no distinguir entre buenos malos.
Solo una conclusión tengo del análisis de sendos mensajes que ambas mujeres, Zabaleta y Kate) vociferan sin el menor razonamiento: les urgen clases básicas de economía, comunicación, política, pero sobre todo… un psiquiatra.
10 COSAS QUE EL CHAPO NO HARA AHORA QUE ESTÁ EN LIBERTAD
Sorry.
Y después de estos mitos, ahora imaginen una voz de lelo diciendo: “pos es que no lo dejan trabajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaar”.
¡¡¡Excelente viernes vinero para todooooooooos!!!