Los candidatos de Cocoa en Morelia/Hugo Gama

Las diferencias al interior de los partidos políticos no es cosa nueva, en todos esos institutos se han visto conflictos internos por las candidaturas, las posturas ideológicas o el control del partido, y siempre hay alguien que saca ventaja de esas diferencias, ya sea al interior del mismo partido o por otro partido.

En el PRI recordemos el “Tucom” conformado por diversos priistas para bajar de la carrera presidencial en el 2006 al tabasqueño Roberto Madrazo Pintado; hoy mismo en el PRI de Michoacán hay una importante división por la imposición de los candidatos a Gobernador y Presidente Municipal de Morelia; también se consumó la separación de Andrés Manuel López Obrador del PRD por claras diferencias ideológicas y de conducción de ese partido; en este momento en el PAN hay una lucha férrea entre los grupos de Felipe Calderón Hinojosa y Gustavo Madero Muñoz.

En el caso especifico de los panista, el conflicto se ha hecho presente en Michoacán, pero con una dinámica de menor intensidad, aquí se ha evitado la descalificación directa, pero es evidente y notable la diferencia entre unos y otros, el ejemplo más  claro está en Morelia, en donde Marko Cortés Mendoza (maderista y próximo Diputado Federal plurinominal) evitó a toda costa que el candidato para Morelia fuera Alfonso Martínez Alcázar (calderonista).

El sablazo de Marko obligó a Martínez a renunciar al PAN para buscar ser candidato “independiente o ciudadano”, pues él sabe que es posible que ésta elección sea su última oportunidad para llegar a ese cargo. Es preciso observar que hubo mayores reacciones en los medios de comunicación que dentro del mismo PAN, incluso la propia Calderón no dio muestra de alarma por la renuncia.

Está claro que la petición de Cortés fue aceptada hábilmente por Cocoa, primero porque amarró su candidatura a la gubernatura y segundo porque se convirtió para ella en una oportunidad, ya que la división le permitirá tender dos brazos operativos en la capital del Estado, uno con el ignoto candidato del PAN y otro por medio de un candidato recién emancipado del manto azul y que ahora se cubre de la benevolente túnica ciudadana, es decir, tiene dos candidatos para Morelia.

No hay duda que Luisa María aprovechará la coyuntura de contar con dos candidatos, y para ejecutar adecuadamente esa oportunidad, ella operará directamente al interior del PAN, mientras la candidatura “independiente” ya se encuentra coordinada por el ex Delegado de SEDESOL, Antonio Plaza Urbina, uno de los personajes de mayor confianza de los Calderón, quien se encuentra respaldado por otros panistas de esa misma estirpe.

Por otro lado, las pretensiones de Martínez han provocado que el PAN de Madero impugne jurídicamente sus gestiones, situación que a consideración del de la voz no tendrá mayores repercusiones, esto porque prevalece el derecho humano a ser votado por encima de cualquier inquietud sobre la norma secundaria, pero además será interesante verlo en las boletas electorales y compitiendo, eso permitirá observar y revisar el funcionamiento de las candidaturas independientes.

Es preciso mencionar que, aunque el derecho le asiste para participar, no convence la idea de que Martínez sea candidato independiente o ciudadano, pues al día de hoy sigue ocupando un cargo político desde donde ejerce una modalidad del poder, aunado que es evidente el respaldo que tiene de un sector de un partido político, lo cual obliga al Diputado local a ser recíproco con sus promotores, por lo que sin duda alguna estará operando y gestionando votos para Calderón, en otras palabras, la de Martínez es una campaña panista, operada por panistas, para beneficiar a panistas.

De esta manera, me queda claro que con mucha habilidad Cocoa apetece sacar ventaja de la división del PAN, intentará impulsar su proyecto echando mano del candidato oficial el PAN y del candidato “ciudadano”, aunque estos no ganen por estar divididos, para ella lo importante es ella y luego ella, no le importa el cómo, lo que le importa es el fin, y de ello los Calderón ya nos dieron una muestra con el ignominioso “michoacanazo”.