Juego de ojos
La agricultura campesina
Propuesta de enfriar el planeta mejorando orgánicamente el suelo
Informes científicos indican que los suelos cultivados han perdido entre 30 y 75 % de su materia orgánica durante el siglo 20, mientras que los suelos que sustentan pastizales y praderas han perdido típicamente hasta el 50%. Es indudable que estas pérdidas han provocado un serio deterioro de la fertilidad y productividad de los suelos y contribuyen a empeorar sequías y las inundaciones.
Sin embargo hay buenas noticias escondidas en estas devastadoras cifras. El CO2 que fue enviado a la atmósfera al maltratar y desgastar los suelos del mundo puede volverse a poner en el suelo. Lo que se requiere es un cambio en las prácticas agrícolas. Debemos alejarnos de prácticas que destruyen la materia orgánica y acercarnos a las prácticas que acumulan materia orgánica en el suelo.
Las experiencias muestran que para tener una agricultura sostenible y que pueda sobrevivir a los tiempos que vendrán, es fundamental que haya gente en el medio rural. Los países occidentales tienen un modelo de agricultura industrial que expulsa a la gente del campo. Es un modelo muy intensivo en capital, pero no en mano de obra, ni en los conocimientos de la gente.
El nuevo escenario requeriría un cambio radical de enfoque, apartándonos del actual modelo de agricultura industrial. Tendría que ponerse énfasis en el uso de técnicas tales como los sistemas de diversificación de cultivos, mejor integración entre la producción de cultivos y la producción animal, mayor incorporación de árboles y de vegetación silvestre, y más.
Tal incremento en diversidad podría, entonces, incrementar la producción potencial, y la incorporación de materia orgánica mejoraría progresivamente la fertilidad de los suelos, creando círculos virtuosos de mayor productividad y mayor disponibilidad de materia orgánica. La capacidad del suelo para retener agua aumentaría, lo que significa que la lluvia excesiva conduciría a menores y menos intensas inundaciones y sequías.
La erosión del suelo sería cada vez menos un problema. La acidez y la alcalinidad del suelo se reducirían, reduciendo o eliminando la toxicidad que se ha vuelto un problema importante en los suelos tropicales y áridos. Además, una mayor actividad biológica del suelo protegería las plantas contra las plagas y las enfermedades. Cada uno de estos efectos implica mayor productividad y como tal más materia orgánica disponible en los suelos, lo que haría posible, conforme pasaran los años, objetivos más altos en cuanto a una incorporación de materia orgánica al suelo. En el proceso, se produciría más comida.
Para lograrlo, es necesario trabajar a partir de las habilidades y la experiencia acumulada del campesinado a pequeña escala del mundo, en lugar de socavar su vida, acaparar sus tierras y expulsarlos de sus territorios, como ahora se hace La producción agroecológica no se basa en recetas, como se basa la agricultura convencional (la revolución verde está basada en productos químicos).
Entre los principios de la agroecología está el reciclar nutrientes, evitar su pérdida que se aplicará de manera distinta y dicho proceso debe ser liderado por la misma familia campesina dependiendo de los principios y su realidad.