UGC, el objeto del deseo
Uruapan, Michoacán, 28 de diciembre del 2013
Cuando yo nací, ya todo tenía dueño (anónimo).
Soy defensor de la propiedad privada, pero no del abuso y la explotación del prójimo con la propiedad privada.
La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Ella Quintal Avilés, nos recuerda como para Los Mayas todo tenía dueño, lo que obligaba a una relación respetuosa y comunitaria con las cosas (yucatanahora.com.mx), la cito: “El sistema de creencias, prácticas y rituales que los descendientes mayas tienen sobre el uso de los recursos naturales, principalmente en lo que se refiere a la tierra, deja ver la armonía que su cosmovisión del mundo tenía con el aprovechamiento sustentable de su entorno (y de reconocimiento y respeto por los derechos del prójimo a usufructuar, en igualdad, los recursos naturales)”.
Hoy México cuenta con más de cincuenta millones de pobres, más de veinte con pobreza alimentaria, es decir, ni para comer tienen ¿La raíz de ello?, en mi opinión el modelo socio-económico neoliberal, sustentado en el capitalismo, que permite y fomenta la acumulación de riqueza como objetivo de vida, llevándonos a perder el sentido humano de vivir; lo que se agrava con la necesidad sistémica de tener que explotar al prójimo para poder acumular más y más. El hombre, en su estupidez y egoísmo (el egoísmo es en sí una estupidez), se ha alejado de su humana naturaleza para volverse depredador de sí mismo, y ha construido un andamiaje jurídico ajeno a su propia naturaleza comunitaria, para privilegiar la propiedad privada sobre los derechos de todas las personas a vivir con dignidad con el fruto de su trabajo. Esto ha llegado a tal grado de ignominia, que la gente se adelanta al futuro con tal de poseer, eso sí, sin mérito ni esfuerzo. Comparto anécdota (taringa.net/comunidades/todointeresante): En 1954, Jenaro Gajardo Vera, abogado chileno, reclamó la propiedad de la luna argumentando que: es dueño, desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores, del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475.00 kilómetros, denominada LUNA, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Mismo agandaye mostró Dennis Hope, quién encontró un vacío legal y decidió reclamar de nuevo la luna al no ser él ningún gobierno ni nación, sino solicitarlo como bien privado, y a pesar de estar en varios litigios, este empresario vende parcelas en la luna desde su empresa “Lunar Embassy” al “módico” precio de $20 dólares los 4.000 metros cuadrados. Esta compulsión por poseer, que podría tacharse de anecdótica, abusiva o enfermiza, es el común denominador en el mundo de hoy, y algo tenemos que hacer si no queremos que tome carta de naturalización un modelo al que, citando la memorable obra de Víctor Hugo, llamaría yo “Los Miserables”. Alguien dijo y lo comparto: si quisiéramos todos vivir como vive el gringo promedio, necesitaríamos cuando menos cinco planetas como la tierra; es decir: es inviable aspirar todos a vivir como los norteamericanos, ya que el planeta no tiene los recursos para soportarlo, ergo, si algunos viven consumiendo o poseyendo más de lo que en justicia les toca, pues alguien se quedará sin nada. Para explicar esto con palitos y bolitas, les diré que: para que un diputado, juez de la SCJN o funcionario mexicano gane más de cien mil pesos mensuales, es necesario que millones ganen menos de dos mil; no es casualidad entonces que el salario mínimo del 2014, sea para el D.F. de $67.29 X 30.4 = $2,045/mes. En otras palabras, con el enfoque monetarista y capitalista del modelo, para unos tengan mucho, muchos no deben tener nada.
Diagnóstico: Cito a Juan José Huerta (México Bárbaro): “Es obvio que el caldo de cultivo está siendo la falta de oportunidades de trabajo, estudio y buenas condiciones de vida para millones de mexicanos, originadas por la crisis económica que no se ha sabido resolver, por la estructura productiva que se ha dejado degenerar, y por la desigualdad económica que se ha dejado profundizar, además de que todas estas distorsiones no se han querido paliar con acciones efectivas de gobierno y se prefiere dejar todo el ajuste “a las fuerzas del mercado”. Así, muchos mexicanos, especialmente los jóvenes, son presa de la ilusión de ganancias fáciles en actividades ilícitas: el narcotráfico y los varios delitos de alto impacto en que se ha diversificado, actividades ilícitas que son un pozo profundo del que es casi imposible salir”.
¿Cómo salir?, ese es el quid y presento mi propuesta: Construir, paralelo al modelo actual (no enfrentar ni confrontar), un modelo que permita institucionalmente allegar a los miserables, a los desposeídos, a los excluidos, a los pobres de México: infraestructura y bienes de capital para hacer realidad la propuesta bíblica: no les des pescado, enséñales a pescar y así puedan transitar del sector asistencialista al sector productivo, para poder vivir con la dignidad de hombres libres… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador