Última llamada
En caída libre…
“Los problemas son oportunidades para demostrar lo que se sabe”. Duke Ellington. (1899 – 1974). Compositor y músico de jazz estadounidense.
Como era de esperarse, a partir de la primera quincena de julio, el Gobierno de Michoacán volverá a padecer para hacerle frente al pago de nómina de más de 35 mil trabajadores de la educación, como ya lo reconoció el secretario de Finanzas, Miguel López Miranda.
Desde que el Ejecutivo estatal mandó su Propuesta de Presupuesto de Egresos al Congreso estatal y los diputados lo aprobaron con un evidente déficit superior a los 5 mil millones de pesos, resultaba plenamente previsible que los conflictos llegarían, como ha sucedido desde hace más de una década.
El problema ha hecho crisis cada vez con mayor antelación, al principio se acentuaba a finales de año, pero ahora se agudizará a partir de la primera quincena de julio.
Según el cálculo gubernamental, deben conseguir unos 4 mil 400 millones de pesos para asegurar las quincenas que restan de profesores con claves estatales, de tal manera que se le evite semejante conflicto al gobernador electo, Silvano Aureoles Conejo, quien arribará al Solio de Ocampo el próximo primero de octubre.
Como marca la pésima costumbre que dejaron sus antecesores, Salvador Jara Guerrero ya toca puertas del Ejecutivo Federal para que le ayuden a resolver la crisis. El deseo máximo es que le dieran un apoyo extraordinario y a fondo perdido, lo cual se antoja imposible.
Una segunda opción, es el clásico adelanto de participaciones, con el que se resuelve el problema momentáneamente y se cataliza el conflicto el próximo año, cuando la crisis seguramente llegaría antes de julio.
Otra opción, la tercera, es pedir un nuevo préstamo, situación que tampoco se aprecia en el escenario de lo posible; y la cuarta y más socorrida en los últimos gobiernos estatales, es el tradicional y lamentable peculado, tomar dinero de otros rubros, incluso etiquetados, para tapar el hoyo del gasto corriente en el sector educativo.
Semejante situación se la debemos no sólo al Ejecutivo estatal, sino al Convenio de Descentralización de la Educación y a prácticamente todos los partidos representados en el Congreso michoacano, que una y otra vez han aprobado presupuestos deficitarios, en lugar de buscar soluciones para equilibrar el Presupuesto de Egresos con el de Ingresos.
El panorama evidentemente es bastante complejo, le quedan poco menos de 2 semanas a Jara Guerrero para conseguir, si no el total de los 4 mil 400 millones de pesos, por lo menos lo necesario para ir pagando quincena a quincena, aunque se le herede el conflicto a Silvano Aureoles.
Y es que la falta de recursos es tal, que los proveedores, prestadores de servicios y terceros institucionales que negociaron con las últimas administraciones estatales, si quieren que les liquiden los adeudos, tienen que renunciar a un 5 ó 10 por ciento de dicho pago. Así de desventajoso resultó hacer tratos con las administraciones estatales. Y de no hacerlo, entonces tendrán que esperar al próximo gobierno a ver qué les compromete para que puedan recuperar lo que es suyo.
La justificación gubernamental, es que con esas “quitas”, logran reunir un poco más de dinero para pagarle a más empresas y personas.
Bajo semejante escenario, la crisis financiera de Michoacán parece continuar en caída libre. Mientras tanto, la expectativa mayor es que el Ejecutivo logre los recursos para hacerle frente al pago del salario de los profesores, de lo contario el magisterio y en especial el democrático, tendrá nueva justificación para intensificar las marchas, bloqueos y plantones.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.