Poder y dinero
Incongruentes…
Para nadie es noticia que uno de los grandes problemas de la actual clase política mexicana es su cínica incongruencia. Baste comparar acciones y discursos de todos los colores en el poder y en la oposición para constatar que las diferencias ya son imperceptibles.
Cuando alguno está en el poder, de manera sorprendente los opositores encuentran cualquier cantidad de errores y hasta irregularidades, acusaciones todas, de las que difícilmente hay consecuencias, para muestra el botón llamado Michoacán.
El recuerdo de esta cínica incongruencia tiene que ver con la reciente propuesta de Agenda Emergente por Michoacán que firman los que se presumen como partidos de izquierda, entre ellos el de la Revolución Democrática, así como organizaciones sindicales y sociales.
Resulta que los amarrillos que no quisieron sumarse al débil y ambiguo Acuerdo por Michoacán, ahora proponen una mesa de diálogo y concertación, para tratar de alcanzar los mismos objetivos que ya incluye el otro pacto, donde ellos, no están.
Ambos documentos, con alguna excepción, carecen de propuestas concretas que incluyan los cómos, los cuándos y una meta medible.
La Agenda de los partidos de izquierda se vuelve más grotesca, si consideramos que el del Sol Azteca, acaba de gobernar una década Michoacán, con los resultados de todos conocidos… Y entonces no se entiende cómo estando en el poder no tuvieron la misma creatividad que, aunque bastante limitada, ahora dicen tener.
Para constatar lo anterior, a continuación destacaré algunas “propuestas” de la Agenda Emergente por Michoacán:
Como le decía, no hay cómo, cuándos y mucho menos, metas medibles en estas disque propuestas. Pero eso no es todo, a continuación otros ejemplos más grotescos:
Sirvan estos ejemplos para demostrar la cínica incongruencia que manejan los partidos políticos. Todas las propuestas anteriores no son más que parte de un discurso extraordinariamente común y corriente, de la clase política contemporánea.
Incluso si se revisa un Plan de Desarrollo Anual de prácticamente cualquier gobierno, el gran problema es que hay demasiada demagogia y las presuntas metas, carecen en su mayoría de cómos, cuándos y la posibilidad de que sean medibles.
Y sin embargo, todavía existen posibilidades de hacer un Acuerdo, Agenda o Pacto de trascendencia por Michoacán, que incluya mayor precisión en cada una de las metas. Pero antes, todos los involucrados deben tener claro que alcanzar semejante convergencia obliga a ser más flexibles y propositivos, y claro, menos protagonistas.
Por cierto, ¿qué pasó con el Acuerdo por Michoacán?
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.