Política gourmet
Diferente pero igual…
“Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer posible lo imposible”. Bertrand Russell. (1872-1970). Filósofo, matemático y escritor británico.
Resulta una verdadera lástima que el gobernador michoacano Salvador Jara Guerrero haya desperdiciado 2 magníficas oportunidades para sentar un precedente y hacer valer su rigor académico en los asuntos de Gobierno.
Contrario a ello, optó por hacer lo mismo que la vapuleada y desacreditada clase política que impregna el territorio nacional.
Primero y luego de más de un mes en el Ejecutivo, logró salir a fijar postura sobre la crítica situación financiera estatal, ya de todos conocida. Fue el secretario de Finanzas Carlos Rodríguez Pueblita, quien informó que la deuda bancaria asciende a 16 mil 360 millones de pesos y que los pasivos a corto plazo suman 10 mil 500 millones de pesos. Ya no habló del déficit presupuestal de 10 mil millones que se argumentó en los inicios de la era Fausto Vallejo.
Argumentó que las administraciones estatales entre 2008 y 2013 gastaron más de lo que ingresaban, lo que generó el desbalance en la Hacienda Pública estatal. Evidenció que no hay información suficiente, ni les alcanzó para continuar el análisis de la era Lázaro Cárdenas Batel.
Finalmente Rodríguez Pueblita garantizó la operatividad básica del Gobierno estatal y el pago de salarios de todo el personal administrativo.
Lamentablemente en su rimbombante “Programa de fortalecimiento, ordenamiento y transparencia de las Finanzas Públicas”, no le alcanzó para fijas metas de ahorro, cuándo pagarán a proveedores, constructores, terceros institucionales y etc.
Tampoco explicó la manera en cómo van a mejorar la recaudación y aunque destacó que aprovecharán más de mil 800 millones de pesos del crédito contratado con BANOBRAS, para poner en marcha 150 proyectos en diversos sectores, no dejó claro si ya lograron superar los obstáculos que impidieron a su antecesora, obtener dichos recursos.
Tampoco quiso ser claro y contundente en el cómo está operando la actual administración, especialmente si han tenido que recurrir a las clásicas y lamentables prácticas de tomar recursos federales para tapar los hoyos estatales o cuál fue su estrategia para evitarlo. Eso sí, dejó claro que no pedirán el rescate financiero del estado a la Federación.
Después, el Gobernador Salvador Jara hizo la presentación de los “Criterios y Líneas de Acción de Gobierno para el Estado de Michoacán 2014-2015”, una vez más las expectativas no se cumplieron. Se trató del clásico documento de reflexiones sin datos duros, de enunciados propositivos en lugar de metas medibles y un discurso donde Jara Guerrero compromete lo que la Constitución le obliga: “cumplimiento irrestricto de la ley”.
Se habla de un “cambio en el modelo administrativo”, pero no hay detalles, mucho menos fechas para que ello suceda. Destaca trabajar para “ordenar la administración”, que buscarán “garantizar un ejercicio eficiente de los recursos públicos y una rendición de cuentas rigurosa, clara y transparente”. En este ámbito de cosas, lo más concreto que destaca es que la Contraloría pase a ser una “Secretaría de Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción”, que a su vez dé vida a una Contraloría Ciudadana” y a un “Índice de percepción de la corrupción”; pero tampoco hay plazos, el Ejecutivo estatal, optó, por no establecer compromisos concretos y medibles.
Se han desperdiciado 2 momentos extraordinarios para que el doctor Jara Guerrero hiciera la diferencia en el discurso, lamentablemente prefirió el lugar común de los desacreditados políticos, no quiso o no pudo poner en práctica el rigor académico que se supone, caracteriza a los profesionales como él.
Lo cierto es que Michoacán no está para más discursos sin datos, no hay oportunidad para más compromisos sin fechas, tampoco para metas que no puedan ser medibles.
El Gobernador Salvador Jara Guerrero y su gabinete, están obligados a dar más y mejores resultados cuanto antes, porque entre sus muchos principales enemigos, también está el tiempo.
Ya Fausto Vallejo Figueroa se fue y se ha convertido en un cómplice del sospechosismo michoacano por la crisis financiera que se padece, carente de claridad y rendición de cuentas; a la actual administración podría sucederle exactamente lo mismo.
La buena o mala noticia, es que Jara Guerrero es un académico, ignora en buena medida los entripados de la clase política, las entrañas de la administración pública y podría carecer del personaje o grupo que le apoye para salir avante. Ojalá el actual Ejecutivo haga valer su trayectoria, su origen nicolaita y deje claro que es mejor que el clásico político contemporáneo.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.