Derecho al arte y la cultura: México y la culturización de la violencia
Plan Michoacán…
“Todos aquellos planes que no sean trazados plenamente según todas las disposiciones del género, tienen que fracasar”. Friedrich Von Hardenberg “Novalis”. (1772-1801). Poeta alemán.
Indudablemente que un Plan por Michoacán que tiene el “objetivo de restablecer las bases del desarrollo integral del estado, a través del trabajo coordinado y articulado entre las dependencias federales”, es bienvenido, especialmente por la crisis que aqueja a esta entidad gracias a malos gobiernos y pésimas decisiones tomadas por panistas, perredistas y priistas.
Fue el 4 de febrero del presente año que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, obligado por la crítica internacional tuvo que voltear lo ojos a Michoacán para contener al crimen organizado y sumarse en semejante tarea al trabajo que ya realizaban grupos de autodefensa.
Dicho Plan que contempla 117 obras y 133 acciones, presume en su sitio de Internet que “es un ejercicio de transparencia que tiene por objetivo mostrar los avances y resultados de las 250 obras y acciones contempladas”. Y remata: “Juntos transformaremos Michoacán”.
Tras 5 meses de haberse puesto en marcha, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en su última visita a Morelia, destacó que dicho Plan ya alcanza un 50 por ciento de avance.
La sorpresa tras escuchar semejante balance, debe alcanzar a una buena parte de quienes integran los gobiernos federal, estatal y municipales, cuando lo tangible por el momento, es un cúmulo de visitas de funcionarios federales encabezados por el propio Ejecutivo Federal, donde también han abundado los discursos de presuntos apoyos millonarios.
El problema es que a la fecha, y pese al compromiso de transparentar cada paso del Plan Michoacán, no hay autoridad ni Comité Ciudadano que haya sido capaz de informar con claridad y puntualidad a toda la población, los montos de inversión, mucho menos cuáles son extraordinarios y cuáles ya estaban presupuestados. Como tampoco, dichas 250 obras y acciones especifican cuándo arrancan, cuándo terminan, qué empresa ganó la licitación, para cuándo deberán estar terminadas.
Lo que sí señala el Plan Michoacán, son sus ejes:
En total, actualmente se reflejan 193 acciones y obras en proceso, 54 que no han iniciado y sólo 3 finalizadas. Por cierto, las que ya se llevaron a cabo son actividades deportivas: el Campeonato Nacional de Atletismo, el Festival Atlético Nacional y Selectivo de Caminata, y la Capacitación de Atletismo para entrenadores. Sin embargo y pese a que ya finalizaron, la transparencia que promete el Plan Michoacán no ha alcanzado para que en su portal de Internet informe por lo menos, el número de participantes en 2 de las actividades que felizmente ya se llevaron a cabo.
Si así están de transparentes los eventos que ya concluyeron, imagínese cómo está el resto. A lo más, tienen una escueta descripción de lo que pretenden, pero sin metas, sin fechas de inicio y fin, sin número de beneficiados que pretenden en el caso de programas y apoyos, y mucho menos, los montos de inversión que aportará federación, estado y municipios. Por lo tanto, hoy todavía no hay autoridad que pueda describir con claridad a cuánto asciende la inversión extraordinaria que tanto han presumido funcionarios de todos los niveles, que llegará de la federación.
Ante la complicada situación que vive Michoacán, lo menos que un ciudadano imagina, es que quien lo gobierna será capaz de explicar con peras y manzanas los objetivos que se persiguen, como lo promete la respuesta en Internet a la pregunta: ¿qué es el plan Michoacán?
El secretario de Gobernación dijo que llevan un avance del 50 por ciento. La gran duda es si el sí ha tenido oportunidad de conocer con total transparencia y precisión, lo que el resto de la población todavía no.
En fin, ya veremos si en una próxima visita presidencial, el gobierno federal, sus delegados, el estatal o el Comité Ciudadano que vigilará la buena ejecución de las 250 obras y acciones, son capaces de completar la información para hacer valer el compromiso de transparencia del Plan Michoacán.
Por lo pronto, sólo resta cruzar los dedos, prender las veladoras y mandarle buena vibra a las autoridades, para que ese Plan Michoacán no se vaya a quedar sólo en el ámbito de lo mediático, del discurso emotivo y la fotografía de autoridades con los personajes que enriquecen esta hermosa tierra michoacana.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.