La segunda sesión del Sínodo
Castas hereditarias…
“El gobierno no se ha hecho para la comodidad y el placer de los que gobiernan”… Conde de Mirabeau. (1749 – 1791). Político, escritor y orador francés.
Dicen que los pequeños detalles son importantes porque pueden evidenciar cómo somos realmente, en especial, si se analiza desde esta óptica a quienes son parte del poder en turno, la clase política gobernante, los que viven del erario público.
Por ejemplo, el pasado 14 de septiembre, en una sesión exclusiva para funcionarios ávidos de saludar y tomarse la foto con Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, este personaje recibió la Condecoración “Bicentenario Sentimientos de la Nación” que por única vez entregó el Congreso michoacano.
Podríamos hablar largo y tendido si hay necesidad de seguir inventando entregas de preseas en lugar de mejorar y hacer valer las leyes vigentes. Podríamos argumentar los ciudadanos de a pie en pro y contra, si es el hijo del general el más indicado para recibir semejante reconocimiento… Pero eso a la sociedad no se le pregunta, porque la clase política michoacana preponderantemente le sigue rindiendo tributo al apellido Cárdenas. Hay una evidente urgencia de tomarse la foto, estar cerca del Ingeniero, escuchar una palabra de aliento de su parte o ya de menos, un saludo.
Como lo describe el politólogo Gaetano Mosca, en prácticamente todas las sociedades hay “castas hereditarias” en el poder. Son familias que se convierten en la clase gobernante y que basta con nacer dentro de ella, para obtener ciertas ventajas.
En Michoacán, sin lugar a dudas, el apellido Cárdenas goza de especial similitud con esta descripción que hace Gaetano Mosca. ¿Será por eso que una buena mayoría de los que se sienten políticos y/o funcionarios del poder en turno, necesitan de estar presentes en los actos privados que tiene el poder público? ¿Será seguramente por esa necesidad de ser parte de la “clase política”, que incluso hay quienes presumen que han sido candidatos o funcionarios, porque un Cárdenas, se los pidió?
Espero que por lo menos, los “representantes populares” hayan visto más allá del apellido y de la herencia para inventar y entregar dicho reconocimiento, pese a la gran contradicción e incongruencia de hacerlo en un evento privado, donde los medios de comunicación estorban, porque es mucho mejor dejar lugares para quienes podrán saciar sus ímpetus de formarse en el besamanos, que generar espacios para quienes informan al resto de la sociedad.
Por eso en los temas referentes a la deuda que hoy carga Michoacán difícilmente se menciona a Lázaro Cárdenas Batel, pese a que con él inició la debacle… Sin embargo, Leonel Godoy y sus funcionarios prefirieron pagar todos los platos rotos. Por eso el tema de la auditoría al Teatro Matamoros en Morelia, que se inauguraría en el 2010, es letra muerta para la clase política michoacana, ¿cómo dudar de un Cárdenas? En este caso, de Cuauhtémoc Cárdenas Batel.
Sorprende también que el hijo del Tata, quien tiene en su haber una recurrente presunción de izquierda, acepte reconocimientos que deberían ser públicos, en privado, que deberían de gozar de plena libertad informativa, ésta sea limitada y controlada. En fin, tal vez ni se dio cuenta, tal vez la izquierda ya es un tanto de derecha.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.